El primer año como docente frente a grupo no es un acontecimiento cualquiera, se trata de un momento muy difícil, aunque emocionante, se trata del inicio de una aventura compleja, pero muy satisfactoria.
Lo que es verdad es que ni todas las prácticas ni los años de estudio se comparan con nuestro primer día como docentes, estar preparados no es tan fácil, pero con algunos tips podremos hacer de nuestro primer día o nuestro primer año una maravillosa aventura.
Los primeros días pueden parecer difíciles e incluso a veces agotarnos al extremo. Aunque esto no es lo ideal tampoco es tan extraño, trabajamos con un grupo de pequeños o jóvenes llenos de energía, inquietos, algunos de ellos con dificultades en casa o personales, tenemos que cubrir un temario y hacerlo todo sin despeinarnos mucho.
No te preocupes, al inicio esto puede parecer abrumador, pero poco a poco, con la práctica, tendrás más tiempo y aprenderás a que la dinámica del grupo sea agradable, menos agotadora y que tu grupo trabaje al mismo ritmo que tú.
Puede ser muy abrumador entrar a un salón y darte cuenta de que ya tienes demasiados pendientes atorados, por un lado debes conocer a los alumnos, conectar con ellos, planear, calificar, dar la clase, cuidar que la conducta se regule y evitar que suban mucho la voz. No te preocupes, de entrada puede ser muy complicado resolver todo a la vez y lo es, por ello no es necesario que busques acabar con todos tus pendientes mientras atiendes a cada uno de tus alumnos, ten paciencia, identifica tus habilidades e identifica los retos que enfrentas, para que poco a poco los resuelvas.
Mientras eres docente nunca dejes de ser alumno, hay mucho que aprender y no hay nada como la figura de un maestro para sentirnos más seguros, busca a un mentor con el que te sientas en confianza de preguntarle tus dudas cuando te sientas inseguro y que te ayude a encontrar soluciones a los problemas diarios. Esto puede ser uno de los recursos más importantes para un docente nuevo, no le tengas miedo a preguntar, a dejarte guiar, a recibir consejos.
Puede parecer que cualquier error será una tragedia, a fin de cuentas un docente está expuesto a muchos pares de ojos, alumnos, otros docentes, autoridades, padres de familia. Por ello cometer errores es algo que pone nervioso a cualquier docente, sin embargo debes recordar que eres humano y que no tienen nada de malo tener dificultades. No le temas a cometer errores, porque eso podría evitar que llegues más lejos. Acepta cuando se te ha escapado algo, incluso con los alumnos, ofrece una disculpa y continúa tu trabajo. Esto te hará más accesible y más humano a ojos de otras personas y aunque no lo creas te hará menos vulnerable.
Aunque los grupos pueden llegar a ser muy grandes, nunca olvides que todos los alumnos son diferentes y que cada uno tiene necesidades distintas. Y tampoco pierdas de vista que ese alumno que más retos implica podría ser quien más necesite de tu apoyo o de tu comprensión. Ten paciencia, con ellos y contigo mismo, tú también te encuentras en una situación de cambio.
Este trabajo puede suponer muchos retos y algunas dificultades, pero también es muy satisfactorio. Pocos trabajos dejan las enseñanzas y recompensas que deja la docencia, ten paciencia y respira profundo. ¡Tú puedes!