El diccionario de la Real Academia de la Lengua recoge actualmente 93 000 palabras, muchas de ellas han caído en desuso y muchas otras son de reciente creación, pero algo que no podemos olvidar es que el diccionario es descriptivo, es decir, recoge y observa el lenguaje en su estado al día de hoy. Sin embargo, es común escuchar que si una palabra no está en el diccionario no existe. La cuestión es que la lengua cambia, todos los días los hablantes la crean, la transforman y, conforme el mundo a nuestro alrededor evoluciona, también lo hace el lenguaje. Para que una palabra exista basta con que alguien la pronuncie y le dé significado, positiva o negativa, esa palabra ha sido creada para expresar algo en concreto, pero las palabras no nacen de la nada, el hablante cuenta con su conocimiento intrínseco del lenguaje para crearla, agrega sufijos, prefijos, términos que ya conoce, aunque no se dé cuenta, aunque no lo sepa.
Ante todo, es necesario el equilibrio, pues sin gramática la lengua dejaría de ser ese acuerdo tácito entre los hablantes, pero también es importante su naturaleza flexible, creativa, pues sin ella se quedaría atrás ante los inevitables cambios. Lo importante es reconocer que no todas las palabras las tiene el diccionario, ni todas las innovaciones trascenderán en la historia.