Hace algunos años, en Reino Unido, la Society for the Advancement of Philosophical Enquiry and Reflection in Education, una organización que se dedica a crear programas de capacitación para maestros y de enseñanza de filosofía para niños hizo un estudio en algunas escuelas de educación básica de aquel país, con alumnos de 8 a 12 años.
Un grupo de 1,500 niños de 48 escuelas inició un programa en el que tomaron clases de filosofía durante un ciclo escolar y se compararon sus resultados y avances con otro grupo de 1,500 niños que no tomaron esas clases (estos tomaron la clase al año siguiente). Estas clases de filosofía no se centraban en la parte histórica, ni en los nombres de filósofos famosos, sino que propiciaban un diálogo entre alumnos y planteaban cuestionamientos que orillaban a los estudiantes a reflexionar y discutir con base en argumentos bien planteados.
Comúnmente, esas clases comienzan con un video, imagen o lectura que da pie a un debate posterior, no sin antes dejar algunos minutos para que los alumnos reflexionen en silencio o en grupos pequeños. Las reglas para estas clases incluyen respeto, escuchar activamente a los compañeros y esperar el turno para hablar.
Este programa dio resultados muy relevantes en poco tiempo. Los alumnos que tomaron primero las clases de filosofía lograron avances significativos en matemáticas y lectura durante el año en que llevaron esa materia, mucho más notorios que sus compañeros que tomaron las clases al año siguiente. Especialmente los pequeños que enfrentaban problemas económicos en casa demostraron grandes avances en poco tiempo, su progreso en materias de matemáticas, lenguaje y escritura superaron los de sus compañeros en al menos dos meses promedio.
Este programa también incluyó capacitación para los docentes que participaron en él y dio buenos resultados en los estudiantes a un costo relativamente bajo. Aunque el principio de estas clases es puramente filosófico, la idea principal era provocar la participación de los alumnos, la reflexión y el interés activo en la escuela.
¿Crees que un programa similar podría beneficiar a tus alumnos?