Los días de la escuela tradicional, donde un alumno estaba siempre en silencio y quieto mientras recibía información han terminado. Actualmente las escuelas se enfocan mucho más en aprendizajes profundos para los estudiantes, más allá de los datos, no porque no sean necesarios, pero sí porque hay muchas otras destrezas que se hacen necesarias.
Que los alumnos obtenga habilidades de resolución, de socialización, saber aprender a aprender, ser curiosos, con pensamiento crítico y deductivo se convierten en recursos cada día más importantes para el futuro que la simple acumulación de datos y resolución de exámenes.
El aprendizaje está en todas partes. Hay muchos recursos y habilidades que enseñan a los niños y jóvenes mucho más de lo que aparentan, las artes por ejemplo son materias que se sacan de los temarios con gran facilidad, pero que otorgan muchos beneficios para cualquiera que se acerque a ellas. No solo por el aspecto estético y emocional, también por la gran cantidad de aprendizajes que regalan.
La escuela ese puede nutrir de las más inesperadas habilidades, como la fotografía. Un arte y una técnica que quizá antes estaba reservada solamente a unos cuantos, los que podían acceder a una cámara. Afortunadamente hoy en día, el uso de celulares y tabletas se ha generalizado en gran parte de la población, y con un sencillo dispositivo se pueden crear excelentes proyectos. La fotografía se abrió para todos y esta puede utilizarse en las escuelas.
Aprender fotografía no se trata solamente de pulsar botones. Para obtener buenas tomas es necesario ejercitar la mente y pensar nuestro proyecto como un proceso, para entender cuál es la mejor perspectiva, la lógica de la luz, los ángulos y de ajuste para la cámara. Por sencillo que sea nuestro trabajo, implica un ejercicio de la lógica, de la memoria de procesos y de muchas otras habilidades lógicas y de deducción que se ejercitan con el simple hecho de hacer una fotografía.
Enseñar fotografía no se trata solo de darle a los alumnos una cámara, para trabajar el tema es necesario hablar de historia, de técnica y de matemática, desde leer cuáles son las opciones que ofrece nuestra cámara (por simple que esta sea), hasta las matemáticas detrás de ajustes como la velocidad de obturación, la apertura del lente o la distancia focal. Estos pequeños datos no son tan simples como parecen de entrada, por lo que obligarán a los alumnos a adentrarse a un mundo nuevo en el que pondrán a prueba sus habilidades de lectura, de comprensión, de aritmética y podrán saciar su curiosidad.
Algo que cualquier persona necesita en su vida profesional o profesional es la capacidad de resolver problemas de forma creativa. Esto es algo que ninguna materia por si sola enseña, pero que proyectos de distintas naturalezas pueden regalar a los alumnos. Y la fotografía, al igual que cualquier arte, es una excelente forma de que los propios estudiantes comiencen a involucrarse en esto, ya que para tomar una fotografía muchas veces es necesario afrontar distintos problema sencillos que requieren de soluciones creativas.
La discriminación visual, la memoria de secuencias, la memoria periférica incidental, la atención visual, la concentración y la lectura rápida de información en el medio ambiente son solo algunas de las habilidades que ejercitarán los alumnos. Esto resume por qué enseñar y aprender fotografía en las escuelas puede ser algo que ayude a todos los estudiantes a mejorar en el ámbito académico y en su vida diaria.
En otros tiempos enseñar fotografía en las escuelas pudo parecer imposible, sin embargo el rápido avance de la tecnología y la accesibilidad de muchos dispositivos hace posible para muchos más interesarse por este tipo de arte. ¿Alguno vez has puesto a tus alumnos a trabajar su creatividad con la cámara de sus dispositivos? ¡Cuéntanos!