Por Ale Bautista
Es imperante hacer un reconocimiento a los alumnos de secundarias técnicas, niños y niñas que no tienen más de 14 años, pero que durante semanas prepararon productos, actuaciones, intenciones y hasta gestos para presentarlos en una feria de secundarias técnicas de la zona.
Todo cuanto se les pidió, hicieron. Nada fue imposible para ellos: elaborar productos de piña, declamar, leer un discurso, proponer soluciones, cambiar de idea, cantar la canción que les gusta, hacer dibujos, pancartas, etiquetas, proyectos, conseguir esto o aquello, prepararse para un examen de inglés o de matemáticas, volver a intentar, decirlo más fuerte, más claro, responder más rápido, tener todo limpio, observar que nada falte, probar cuando hay que hacerlo… mil cosas hicieron sin objetar.
Y los observo, pequeños y enormes gigantes que no se ven a sí mismos como tales, que no han descubierto el potencial que tienen. No han entendido que el maestro está a su lado, pero quienes sacan la casta y lo dan todo en el escenario son ellos, solo ellos. Con aquella fragilidad y esa enorme fortaleza, contagian su ímpetu, espontaneidad y alegría, aunque también el temor y el nervio de lo que viene. A veces confortan con la seguridad que tienen, saben que pueden, que entienden, que conocen.
Mis niños queridos, manténganse fuertes, que nada en la vida perturbe sus mentes, confíen en ustedes y proyecten sus sueños, finalmente, espero que un día, felices, observen que son juguetones pero de almas muy fuertes