Ser maestro no es una tarea sencilla, pero nos da la oportunidad de cambiar la vida de muchos alumnos, de convertirnos en esa pieza con la que dar un giro a la vida de los estudiantes o al menos de aportar en su desarrollo, como estudiantes y como personas.
Sin importar el nivel en el que demos clases, nuestros alumnos ven en sus profesores un modelo.
¿Qué hace de un profe, un docente trascendente? Uno de esos maestros que a pesar del paso del tiempo sus estudiantes recuerdan con cariño o con admiración. Razones puede haber muchas, porque algunos recibimos de ciertos maestros lo que más necesitábamos en el momento necesario, pero hay algunas características que se repiten en esos docentes que recordamos con el pasar del tiempo. ¿Cuáles crees que sean? ¡Nosotros hicimos un recuento de una cuantas!
La relación maestro-alumno puede parecer sencilla, pues se trata de un intercambio simple donde se pone atención a la clase mientras el profesor explica los temas de su materia con la mayor claridad posible.
Sin embargo, la verdadera huella no siempre está en el temario de la clase, sino en lo que hacen los profesores por conectar con sus alumnos, en conocerlos, en escucharlos y en hacerles sentir que alguien se fija en ellos.
Romper la barrera de profesor podría verse como un riesgo, pero no se trata de meterse en la vida personal o sentimental de los alumnos, sino de conocerlos al interior del salón de clases, descubrir sus intereses, sus inseguridades y un poco de su contexto. Observarlos y reconocerlos es esencial para construir una relación con ellos y al construir esa relación los profesores podrán transmitir el conocimiento.
Aunque en ocasiones ser estricto y serio es necesario para dejar claros algunos límites, también es muy importante que tú les demuestres la pasión que sientes por lo que haces, por tu materia o por lo que les enseñas, así como por estar en el salón de clases junto a ellos. No tengas miedo de mostrar esa parte de ti, pues la pasión es algo que recordarán siempre, aún si más tarde esa materia o esos conocimientos no los utilizan para su desarrollo profesional, habrá algo de tu enseñanza que no podrán olvidar.
No dudes nunca en hacer visible tu pasión.
El quehacer docente puede hacernos sentir un poco aislados, pues al final del día estás tú solo con tus alumnos en un salón de clases al que rara vez entra algún otro agente, además cuando entra alguien más al salón de clases suele ser un factor de estrés importante, tanto para los alumnos como para el docente.
Por ello se construye cierta intimidad entre los alumnos y los docentes, pero es muy importante que construyas una relación con otros docentes, personas a las que puedas acudir, compartir opiniones, aprender de su trabajo e incluso que te asesoren cuando algo no sale como te gustaría. Esta parte es importante para el salón de clases, pues te sentirás respaldado y acompañado aún cuando te toca estar solo con tus alumnos en el salón de clases. Busca un mentor, un docente que te guíe durante los momentos difíciles o por lo menos un círculo de amigos con los que compartas tus experiencias, que te entiendan y a quienes tú entiendas.
Otra de las razones por las que un docente se queda en la memoria de sus estudiantes es por la seguridad que sentían en sus clases. Considera que muchos de tus alumnos pasan por situaciones difíciles en sus vidas personales, algunos quizá simplemente están asustados cuando van a clases o necesitan una estructura en la que refugiarse para aprender, por ello tener un ambiente en el salón de clases en el que sientan que todo está controlado, donde la estructura sea predecible y se atrevan a correr riesgos porque se saben respaldados por sus compañeros y su maestro hará la diferencia para muchos niños y adolescentes.
Motiva el error, deja que tus alumnos se equivoquen y enséñales que equivocarse no es algo malo, sino un paso para conquistar un reto.
Trabajar con tantas personas al mismo tiempo no es sencillo, como no es sencillo estar en un salón de clases como alumno con muchos compañeros, todos diferentes, es mucha gente que piensa y vive situaciones muy distintas a las personales, por ello el desarrollo de la empatía es tan necesario, porque necesitamos comprender que nuestros compañeros de clase o incluso nuestros docentes viven sus propias emociones y problemas.
Ser empático con tus alumnos te ayudará a sentirte menos tenso cuando las cosas no van como quisieras, mientras que transmitir esa empatía a ellos les ayudará a saber y entender, tanto a sus compañeros como a sus profesores.
Haz ejercicios para ti mismo, para desarrollar esa empatía con todos tus estudiantes y al mismo tiempo haz un espacio durante tus clases para ayudarlos a desarrollar su propia empatía.
Para tí, ¿cuáles son las características más importantes de un profesor que se queda en el recuerdo de sus alumnos? ¡Comparte con nosotros esas características!