Las vacaciones de verano son momentos extraordinarios para desconectarnos de la rutina, de la presión de las responsabilidades que tenemos a diario en la escuela o el trabajo, sin embargo, la pandemia que se ha vivido desde finales del 2019 ha limitado mucho las experiencias que tenemos disponibles, especialmente las de nuestro tiempo libre y por ello, las vacaciones de verano se han visto limitadas porque viajar o reunirnos con amigos o familiares no siempre es lo más seguro, además vivimos en medio de la incertidumbre sin saber si por alguna actividad ponemos en riesgo a nuestra familia.
Afortunadamente, poco a poco se ha avanzado en la vacunación, lo que implica que poco a poco hemos logrado acercarnos a nuestras actividades anteriores, con algunas recomendaciones y precauciones. Sin embargo, con las vacaciones de verano encima nos hemos dado cuenta de que no todos lograremos los viajes y aventuras que teníamos planeados, claro que esto no implica que no podamos descansar, reljanarnos, desconcectarnos de la vida, quizá no podremos ir a descansar sobre la arena blanca de una playa o a respirar aire fresco en medio de los árboles, pero si podemos, incluso desde nuestra casa, ayudar a nuestra mente y cuerpo a relajarse.
Desde hace unos años la práctica del mindfulness se ha convertido en una de las actividades más extendidas entre la sociedad occidental, ya que el ritmo de vida que llevamos es una fuente de estrés y esto disminuye la salud general de la población, por lo que se han buscado alternativas como la meditación y la práctica de la atención consciente, como también se le conoce al mindfulness. Ésta consiste básicamente en poner atención al momento presente, con toda nuestra concentración activa, de modo que aunque sea durante algunos minutos no permitamos que la mente divague, sino que atienda la respiración, los sonidos, las texturas y el ambiente que nos rodea al momento, sin la necesidad de alterar nuestro entorno, sin desear otra cosa, viviendo plenamente el momento.
Esto puede ser realmente algo complejo en el contexto que vivimos, pues estamos acostumbrados a distraer la mente con música, videos, imágenes en redes sociales o la televisión, por lo que incluso nuestro momento más tranquilo está lleno de alguna distracción. Quizá no podemos cambiar nuestra forma de vida de un día para otro, pero si podemos introducir poco a poco, momentos de calma.
Esto es tan simple como parece y tan complejo como imaginas. En la práctica se trata solamente de pares un momento tu actividad diaria, cierres los ojos y respires, concentrándote en tu cuerpo, en lo que sientes al momento, viendo el aire entrar y salir de tu cuerpo. No necesitas vaciar tu mente, sino dejar que los pensamientos que llegan a ti pasen, fluyan con tu respiración.
Comienza con unos minutos en tu día a día, de hecho puedes comenzar con menos de un minuto, segundos en los que prestes atención solo al momento presente y poco a poco integrarlo en tu vida diaria, incuso puede ser algo muy útil para trabajar con los más pequeños o con los jóvenes de la casa.
El primer paso siempre es hablar o reflexionar sobre lo que queremos hacer de forma consciente, recuperar el proceso que seguiremos para llevarla a cabo e incluso comunicarla con nuestra familia, porque esto nos ayudará a hacer del ejercicio algo real y no solamente algo aislado o una idea sin forma. Toma nota, investiga al respecto y de manera plena crea el momento en el que la llevarás a cabo. No es algo complejo, incluso lo puedes integrar a actividades tranquilas, pero es importante que esto sea algo consciente.
Si te has decidido a que tú y tu familia tengan un momento de mindfulness para su verano, lo mejor es que juntos hagan un espacio creado especialmente para esto. Ya sea antes de comer, al despertar o antes de irse a dormir. Lo importante es que tengan algunos minutos en el día preparados para no hacer nada más que prestar atención al momento presente.
La práctica del mindfulness requiere de hacer un esfuerzo constante para que surta efecto en nuestra vida diaria, por lo que lo ideal es incluirlo cada día, hacerle espacio a esto entre nuestras actividades y aunque en en el verano nos ayudará a desconectarnos y relajarnos, podemos usarlo una vez que estemos en nuestras actividades diarias.
¿Haces alguna actividad que te ayude a relajarte? ¿Alguna vez has practicado meditación o mindfulness? ¡Comparte tu experiencia con nosotros!