Calificar tareas o exámenes, hacer planeaciones o preparar material puede ser una de las tareas más complicadas de los profesores, que muchas veces son presionados por los alumnos que desean conocer sus resultados cuanto antes, sin embargo las montañas de cuadernos, ensayos, exámenes o incluso otros proyectos no son muy tentadores y muchas veces inspiran más tus ganas de ordenar la casa o separar tu ropa por colores antes de empezar tu tarea.
Procastina
Sí, aunque suene raro, procastinar muchas veces es necesario para que los mejores procesos de nuestra mente se conjuguen y nos den una buena solución a nuestros problemas. Cuando te sientas por primera vez frente a una montaña de tareas o exámenes para calificar o comienzas a hacer tus planeaciones, surgen muchas otras ideas que de pronto sientes urgencia de llevar a cabo. Déjate llevar un poco, no está mal hacer otras tareas y de vez en cuando hace falta, además, al final, si no has terminado de calificar por lo menos habrás aprendido a hacer figuras de origami o habrás limpiado el lugar.
Descansa
Antes de preocuparte por los miles de pendientes que tienes todavía, recuerda preocuparte por ti y tu cuerpo. Si de por si son tareas que pueden llegar a ser extenuantes, imagina la energía que le cuesta a tu mente concentrarse cuando está cansada o muy estresada. Así que antes de sentarte a terminar esos pendientes evalúa si necesitas un descando o por lo menos distraerte un poco. Quizá dar una vuelta a la cuadra, tomar una siesta, conversar con un amigo podría ser la mejor táctica para, más tarde, acabar con esos pendientes.
Divide y vencerás
Ya que hayas visto cuarenta recetas para hornear un pastel que quizá no harás y hayas tomado una siesta, es posible que el tiempo apremie para calificar o hacer alguna otra tarea administrativa, así que es momento de trabajar.
Fija metas cortas y crea recompensas para cuando alcances esas metas. Si estás por calificar ensayos o exámenes, divide en grupos de cinco o diez, depende de tus tiempos de concentración y regálate algo cada vez que cumplas esa meta, un chocolate, un descanso, una canción, o algo que te motive. Así te podrás concentrar y evitarás caer en el infinito.
Fija tiempos cortos
Sabes que debes terminar una tarea, pero también observas por la ventana como tus amigos o familiares se divierten, eso es agotador y un poco chocante, por lo que tu mente se distrae con facilidad, a esto se agregan factores como el celular y las constantes notificaciones de facebook que nos separan del trabajo duro. Para evitar esos momentos de distracción la recomendación es fijar tiempos cortos en los que te obligues a poner atención, de esa forma sabrás que al finalizar cierto tiempo podrás parar e incluso podría darte un buen ritmo para competir contigo mismo. ¿Cuántos exámenes puedes calificar con toda atención en diez minutos? No se trata de correr contra el reloj, pero si de darte un poco de diversión.
Escucha a tu cuerpo
Puede ser que tu cuerpo funcione mejor por la mañana o por la tarde, que necesites comer algo antes de comenzar a trabajar, o que por el contrario, comer sea tu recompensa, puede ser que prefieras trabajar en un escritorio con las luces encendidas o en las mesas del parque de tu colonia. Escucha a tu cuerpo y permítele elegir el mejor horario para trabajar o dale la energía que necesita, no te obligues a trabajar de noche si te funciona mejor dormir antes de esforzarte, ni te obligues a desmañanarte cuando sabes que en la noche tienes algunas horas de mucha energía.
¿Cómo enfrentas tus pendientes diarios? ¡Cuéntanos algunas de las estrategias que usas!