Se acercan los festivales de fin de año y con ellos varias situaciones de las que quisieras escapar. No importa que tan bien organizado seas, posiblemente enfrentarás algunos tropezones que parecen estar escritos en algún código implícito, porque a todo maestro le han ocurrido.
En esos días, los padres y las autoridades de la escuela son testigos y están muy atentos a tu trabajo; aunque no se pueda juzgar tu labor por el resultado de un festival, sientes que todos están listos para notar cualquier error. Por eso preparas a tus alumnos lo mejor que puedes, para que nada malo ocurra ese día, pero, seguramente, alguna de estas situaciones te ha ocurrido.
El alumno que se enferma el día del festival
Te esforzaste por crear la simetría perfecta en el bailable, creaste parejas o confiaste en los niños que se formarán en la primera primera fila, pero justo el día del festival te avisan que un niño está enfermo, eso rompe con toda la organización y el orden. ¿Por qué te pasan esas cosas?
Tarde al festival
Ya que parece que todo está en orden se acerca la hora del festival y hay un alumno que no llega, posiblemente esté en camino, pero ¿y si no llega a tiempo? ¿Cómo harás para integrarlo a la fila de forma discreta?
El niño que olvida todo
Antes del festival ensayas todo lo posible y parece que todo va bien, pero nunca falta el pequeño que no logra aprenderse los pasos, es descoordinado o no logra memorizar ese poema que le toca recitar. Trabajas con él todo lo que puedes, pero siempre está el riesgo de que el mero día de algo se olvide.
Probando, 1, 2, probando
Ya en el festival, todo va en orden, pero el audio de la escuela deja mucho que desear, así que en el momento más bello del bailable suena un horrible zumbido o se distorsiona la canción. ¡Tanto ensayo para esto!
Ese no era el vestuario
Una parte importante de los festivales es el vestuario, pero ponerse de acuerdo con los padres es siempre muy complicado, por eso nunca falta que llega un niño solo con el uniforme, con la ropa del color equivocado o alguna pieza que se rompe justo antes de entrar a escena. Esto es solo fuente de estrés para el maestro y para los alumnos, que nunca se sienten cómodos al destacar por esas razones.
Ya no quiero salir
Y cuando ya superaste todas las pruebas, alguno de tus alumnos descubre que sufre de pánico escénico, justo antes de salir a sorprender a sus padres rompe a llorar y se rehúsa a aparecer en el escenario. ¿Qué haces? ¿Cómo le ayudas a recuperar la seguridad?
Estos y muchos otros escenarios te han tocado cada fin de año. ¡Pero un maestro tiene casi siempre un as bajo la manga! ¿Tú cómo enfrentas esos días de estrés?