El ser humano siempre encuentra la forma de comunicarse, de ahí el nacimiento del lenguaje. Pero imaginemos que hay dos sujetos en una isla, cada uno habla una lengua distinta y no tienen un traductor a la mano, ¿cómo podrían entenderse?
Para comunicarse comienzan a compartir elementos de sus propios idiomas y con el tiempo logran crear un sistema que les funciona, que no es ninguna de las lenguas que ellos conocían, pero les da resultado. Esta situación podría ser el nacimiento de algo totalmente nuevo: una lengua criolla. Al principio quizá será algo débil, pero con el tiempo y el uso se fortalecerá. Esto es algo que ha ocurrido a lo largo de la historia muchas veces, por razones comerciales y de colonización, en donde dos culturas (o más) se veían forzadas a convivir sin la posibilidad de un intérprete. En América fue algo común, debido a la combinación de lenguas europeas, nativas y africanas, por eso existe un francés criollo en Haití, por ejemplo, llamado creole.