Salir de viaje es una de las experiencias más liberadoras para una persona. No existe nada parecido a esa sensación que te asalta cuando sales a carretera o estás esperando en la puerta de embarque para volar por los aires. Y es que en todo viaje, uno aprende no sólo de otros lugares o culturas, sino también de uno mismo.
Si eres de esos maestros que les encanta la aventura, te dejamos estos consejos que seguro te inspiran:
Un viaje siempre nos saca de la rutina; sin embargo, algunos son más emocionantes que otros, ya sea porque el sitio a conocer es completamente nuevo o sencillamente no sabes a qué sitio llegarás. En ocasiones, es mejor tener una ruta definida para el viaje, pero también es emocionante dejarlo todo al azar y arriesgarse un poquito. ¿Por qué no desviarse del camino y adentrarse en un sitio que ni siquiera sabías que estaba en el mapa? Solo toma las precauciones necesarias y llévate un par de zapatos realmente cómodos para caminar.
Salir del entorno urbano es necesario para recargar energías. A nadie le gusta mirar edificios o lámparas todo el día, así como estar metido todo el tiempo en el automóvil o entre cuatro paredes del mismo color. Cuando salgas de viaje, asegúrate que tu destino incluya algún paraje natural seguro y con baja contaminación lumínica. Prepara la tienda de camping, el repelente de insectos y una buena cobija, porque es momento de salir a ver las estrellas, esas que a veces no se ven por tanta luz artificial. Nada mejor que mirar el profundo cielo negro y reflexionar sobre la vida mirando el infinito tachonado de la luz del universo.
Algo sumamente importante en un viaje es mantenernos bien alimentados e hidratados, para evitar la fatiga súbita. Una manera de evitarlo, y de disfrutar más tu viaje, es abrir tu paladar a la cocina del sitio que visites. Olvídate de los mismos sabores a los que malacostumbraste a tu paladar: aunque tenga insectos, tenga mucho picante o simplemente se vea muy extraño, aviéntate a probar ese platillo estrella que te recomendaron los lugareños. No sabes lo que ese manjar le depara a tus sentidos.
¡Dejemos las selfies de postal a un lado! Es padrísimo presumir las fotos de tu viaje en el muro de tu Facebook o en Instagram, pero deja de mirar el mundo detrás de la pantalla. Aprende a mirar las cosas detenidamente sin necesidad del celular y reprime ese instinto de sacarle una foto a todo lo que se te ponga enfrente. No es fácil evitar presumir a tu familia y amigos lo bien que está tu destino, pero podrías pasarte más tiempo presumiendo que disfrutando ese momento que te pone delante la vida durante tu viaje. Graba en tu memoria bien ese instante y disfrútalo para ti. Seguro que, al volver a casa y al trabajo, tendrás muchas historias que contar y menos fotos que mostrar.
Antes de salir de viaje, recuerda informarte bien sobre las condiciones de tu destino. Puede que estés ignorando algunas cosas como la situación política, sanitaria o alguna crisis ecológica en la región. Recuerda el dicho “a donde fueres, haz lo que vieres”. Es importante conocer costumbres, formas y hasta horarios: a más de uno nos ha pasado que a ciertas horas falta algún servicio, o que por remodelación está cerrado el sitio que tanto queríamos conocer. Tampoco te olvides de ser amigable con el medio al que llegas, evita actividades que ocasionen problemas a los vecinos del lugar o lastimen el ambiente. Un rato de tu diversión puede ser un dolor de cabeza para toda una comunidad. Tan sólo recuerda el caso de la isla de HolBox.
¡Ahora sí, estás listo para salir de viaje! Las vacaciones están muy cerca y seguramente ya tienes planeado tu destino. ¡Cuéntanos cómo piensas pasar el verano!