El tema de la evaluación es uno de los más importantes en todo el proceso educativo, a pesar de ello no ha sido realmente renovado por parte de los sistemas alrededor del mundo desde hace mucho tiempo, aunque se proponen nuevos tipos de exámenes y los propios docentes han actualizado sus métodos, este tema sigue siendo complicado. Evaluar debería ser útil para reconocer el crecimiento de los alumnos, saber en dónde es necesario trabajar o reforzar y en qué temas van bien nuestros estudiantes, sin embargo, las calificaciones pocas veces responden a estos temas y en ocasiones incluso desmotivan a los alumnos.
Sin embargo, no podemos deshacernos de estas, por ello es necesario que los docentes, dentro de la organización de su aula, tengan métodos de evaluación que le ayuden a identificar el aprendizaje de sus alumnos, para desarrollar sus clases con base en esa información y así apoyar a los alumnos en los puntos que más lo necesitan.
Las tareas tienen, en cierta medida, este propósito, además de la reflexión, la práctica y el repaso. Pero en términos de evaluación, algunos ejercicios breves nos pueden dar luz sobre cómo se encuentran los alumnos en el día a día, mucho más que los trabajos o proyectos más complejos que podrían llevarse mucho más tiempo de calificación y de desarrollo.
Este tipo de tareas o ejercicios se plantean como una forma rápida de permitir a los alumnos observar y repensar lo que acaban de escuchar al terminar una clase o para mostrar sus conocimientos sin la presión de organizar una tarea larga, un trabajo que les podría llevar semanas. Claro que no implica que otros proyectos no sean necesarios, pero estas breves tareas pueden formar parte de los procesos diarios, como una dinámica al salir del salón de clase o como una evaluación de rutina al final de la semana. Puede tratarse de un cuestionario puntual, una redacción muy corta e incluso proyectos variados.
Estas tareas deben poderse resolver rápidamente, pero no por ello deben ser aburridas. Utilizar preguntas abiertas para un tema específico, sobretodo al salir de clase nos puede dar muchas pistas sobre cómo va el alumno, pero pequeños ejercicios de la imaginación o de la organización de ideas también pueden ser útiles para ellos, para trabajar otras habilidades, tanto verbales como de organización.
Podrían hacer entrevistas ficticias a personajes históricos, escribir historias de no más de una cuartilla en la que incluyan datos de lo que acaban de aprender e incluso ideas innovadoras para aplicar esos conocimientos. También pueden hacer mapas mentales o cuadros sinópticos en los que tú podrás ver si están jerarquizando correctamente la información o si, aunque tengan los datos, no los organizan correctamente.
Aunque estas tareas pueden parecer demasiado sencillas, en realidad pueden ser más difíciles de lo que parecen. Comprender información implica la capacidad de transformarla, de ponerle otras palabras que no son las del libro y comunicarlas sin dificultad, por ello los trabajos más breves son piezas que demuestran cómo han comprendido los alumnos ciertos temas, cuáles son las partes menos claras o si de plano han tenido muchos problemas para aprehender la idea general. Una tarea breve y relativamente rápida, sobretodo a la salida de una clase, puede revelar mucho más que un simple “¿Alguien tiene dudas?” al finalizar la clase.
Otra faceta interesante de esta aproximación es la posibilidad de que los alumnos tengan una mejor retroalimentación acerca de lo que están aprendiendo. Las tareas suelen implicar tiempos de espera para ser calificadas, los proyectos largos nos pueden tomar semanas de entrega y semanas para calificación, mientras que al conocer la calificación de un examen ya no hay retroalimentación, sólo una calificación. En cambio ofrece muchas oportunidades de demostrar lo que se aprendió y averiguar lo que no, le permite al alumno saber con mayor certeza en dónde están sus problemáticas, así como plantear sus dudas con mayor seguridad. A nosotros nos da al posibilidad de comunicar con mayor rapidez cuáles son los retos y observar cuál es el avance en ellos.
Actualmente los docentes tienen muchos retos de evaluación y de innovación, especialmente en un ambiente muy complejo, pero estas pequeñas evaluaciones podrían brindarnos un mejor puente hacia mejores resultados. ¿Cómo evalúas tú y cuál ha sido tu experiencia? ¡Comparte tu experiencia con nosotros!