En las vacaciones aprovechamos para resolver pendientes, tanto personales como administrativos o de la familia. Tal vez, si hemos tenido alguna dolencia por fin nos decidimos a ir al médico y buscar la solución.
Sin embargo pocas veces nos preguntamos por nuestra salud mental, una parte de nuestro organismo que es tan importante como nuestro corazón o nuestros pulmones, pero que no siempre vigilamos, pues damos por hecho algunas cosas.
Creemos que el estrés, estar cansados, sentirnos tensos todo el tiempo o incluso enojarnos a la menor provocación son normales. Sentir desánimo, preocupación, angustia, en muchos casos parece de lo más normal.
Lo cierto es que la profesión docente es una de las más estresantes, no solo por el trabajo en sí mismo, sino por la responsabilidad emocional que conlleva. Muchos estudios han mostrado que los profesores, expuestos a diversos traumas que experimentan los alumnos, viven también un trauma que es difícil de sobrellevar y puede llevar a problemas de depresión y ansiedad. Mientras que el trabajo es emocional y físicamente absorbente, tanto como el de las enfermeras, por ejemplo.
A eso debemos sumar que el ritmo de vida que llevamos hoy en día ha incrementado la incidencia de problemas de salud mental, tanto en nuestro país como en el mundo. Según la OMS, para el 2020 la depresión será una de las principales causas de incapacidad.
Una de las razones por la que la salud mental se deja de lado es por los estigmas que la rodean. Muchas veces creemos que visitar a un psicólogo o un psiquiatra es solo para personas “locas”, cuando la realidad es que ir a terapia es una actividad muy recomendable para todos, mientras que un tratamiento psiquiátrico es similar a un tratamiento de cualquier otra naturaleza, ya que algunos problemas de salud mental tienen una causa química y fisiológica.
En general, la mejor opción para todos es buscar apoyo y ayuda entre nuestros familiares y amigos, no es necesario vivir nuestros problemas solos. Pero a veces, al vivir depresión o ansiedad nos aislamos y la perspectiva que tenemos de las cosas cambia, lo cual hace difícil que busquemos ayuda cuando más la necesitamos.
Si has vivido alguna situación de estrés importante recientemente o si llevas algún tiempo sintiendo que la tristeza o la angustia no se van, tal vez sea momento de buscar un profesional. Si has estado muy cansado o has discutido mucho con las personas recientemente, también son signos de que podría hacerte bien un poco de ayuda.
Algo que podemos llevar a cabo para hacer frente a la expansión de problemas de salud mental, es trabajar en nuestra inteligencia emocional y cultivar resiliencia. Algo que nos ayudará en muchos aspectos de la vida.
Recuerda que la salud mental es muy importante y no existe ninguna razón para cargar eso solo, al contrario, puedes superar cualquier situación, estar al 100 en tus clases y apoyar a tus alumnos.
¿Cuidas de tu salud mental? ¡Comparte con nosotros tus experiencias!