Ser profesor puede llegar a ser un trabajo extenuante, requiere de mucha energía y el apoyo que damos a nuestros alumnos llega a agotar nuestras reservas, además es común que enfrentemos problemas muy serios en conjunto con los estudiantes, a quienes también tratamos de enseñarles a regular sus emociones, algo que será más difícil si nosotros mismos no sabemos bien a bien cómo manejar ese torrente emocional. Por eso aquí te damos algunas ideas para que construyas resiliencia y aprendas a identificar y manejar tus emociones.
Escribir es una de las actividades que más nos ayudan a crecer, a aprender y a manejar nuestras emociones, a través de la escritura podemos ver las cosas desde perspectivas muy variadas y a hacer concretos problemas que parecen muy complejos. Si no tienes mucho el hábito de escribir, comienza por algunas líneas, poco a poco te soltarás, pero procura hacerlo a diario.
Antes de aprender a manejar nuestras emociones tenemos que aprender a identificarlas. Crea el hábito diario de identificar al menos tres emociones que hayas experimentado durante el día, es una tarea que no te llevará más de cinco minutos, pero que te ayudará a reflexionar sobre lo que experimentas y por qué lo sentiste. Ponles nombre y enlístalas, no le tengas miedo a nombrarlas, pues es normal experimentarlas, esto te ayudará a trabajar con ellas.
La resiliencia nos permite afrontar los problemas sin que estos nos sobrepasen y la mejor manera de enfrentar situaciones difíciles es conocernos a nosotros mismos, pues podremos confiar con mayor facilidad en que lograremos superar lo que se nos presente. Pero para llegar a conocernos es necesario enfrentarnos a situaciones diversas en las que podamos observarnos. Aprende algo nuevo, sal a conocer otros lugares, incluso cambiar la ruta que tomamos a casa o el orden en que hacemos las cosas nos pondrá a prueba, lo importante es nunca dejar de probar nuevas experiencias.
A veces, cuando la vida diaria nos sobrepasa es normal sentir que la corriente nos lleva, lo cual nos hace vulnerables y sin poder de decisión, sin embargo, recuerda que, sin importar lo que ocurra a nuestro alrededor, está en nosotros tomar la decisión de cómo enfrentamos las cosas. Sé consciente de tus decisiones y empoderate con ellas. Finalmente eres tú quién decide su vida. Reflexiona cada día sobre las decisiones que tomaste y por qué las tomaste, esto te ayudará a tomar el control.
Es importante que en tu rutina diaria hagas espacio para cuidar tu salud y tus emociones. No importa que tan agitado sea tu día, no dejes de lado tu salud, ni mental ni física, date unos minutos a diario para cantar una canción que te guste, para hacer ejercicio, para leer o simplemente para respirar. Vigila tu salud y si es necesario busca ayuda de un profesional. No dejes de lado a la persona más importante de tu vida: tú mismo.
¿Te consideras una persona resiliente? ¡Comparte con nosotros esas técnicas que te ayudan!