El síndrome de burnout o de desgaste profesional (algo que tiene muchos nombres) no es más que un agotamiento crónico que se desarrolla paulatinamente y que puede llegar a afectar seriamente a quien lo padece, muchas veces este cansancio extremo deja en la banca a profesionistas de muchas ramas. Se trata de algo relacionado directamente con el trabajo y que afecta el estado de ánimo, genera sentimientos de frustración y puede llevar a enfermedades como la depresión.
¿A quiénes les pasa esto?
En todos los ámbitos profesionales puede presentarse, depende mucho de la situación y de cómo las personas enfrentan el estrés. Pero en el caso de los maestros parece inevitable, pues están expuestos a presión proveniente de muchos sectores y deben enfrentar salones llenos de niños, donde cada uno tiene una situación distinta. Con este panorama no es de extrañarse que los maestros sean de los profesionistas que máscon problerés (comparable solo con carreras como la enfermería).
¿Cómo afecta el burnout en las escuelas?
En situaciones de estrés constante, los maestros (y cualquier persona) son más susceptibles a contraer enfermedades de todo tipo, así como a ser irritables o estar distraídos, además llegan problemas de insomnio, baja concentración y frustración. A la larga los maestros comienzan a ausentarse constantemente o a enfrentar problemas emocionales y de salud con mayor frecuencia.
Además de las dificultades personales, estas situaciones se relacionan directamente con el desempeño de sus estudiantes. Algunos estudios han demostrado que los maestros menos estresados suelen tener alumnos con mejor rendimiento, mientras que, los alumnos de aquellos que dan señales de estar más estresados y cansados rinden menos en la escuela y obtienen resultados más bajos en las evaluaciones.
¿Puede evitarse?
Aunque muchos de los factores que alimentan el estrés entre los profesores no pueden evitarse (calificaciones, grupos enormes, padres enojados, condiciones de trabajo), el síndrome de desgaste profesional sí puede detenerse, por esto es muy importante que los maestros estén atentos a su propia salud y busquen herramientas que les ayuden a mantenerse estables, cuidar de sí mismos es el primer paso, déjate descansar cuando lo necesites y busca alguien con quien compartir tus pensamientos: colegas, terapeutas, amigos. El apoyo es muy importante.
¿Y la escuela?
La escuela, más que nadie, tiene la posibilidad de evitar esto en sus maestros, una comunidad educativa unida y accesible permitirá que los profesores identifiquen sus fuentes de estrés, además podrán crear equipos de apoyo, compartir experiencias y desarrollar una resiliencia que evite el burnout en los profesores. Lo más recomendable es tener reuniones periódicas con otros maestros para apoyarse entre ellos y resolver conflictos internos, con la idea de que estos no escalen en problemas muy graves.
¿Cómo lidias con el estrés profesional? ¿Tienes alguna estrategia que te ayude a evitar problemas más graves? ¡Cuéntanos y compártelo con otros maestros como tú!