Ser maestro es muy agradable, tienes la oportunidad de cambiar la vida de tus alumnos y de prepararlos para el futuro, además te pasas el día hablando de cosas que te apasionan, conoces a muchas personas y en general es algo que te hace feliz. Pero en el día a día hay situaciones que todos quisiéramos evitar, porque son momentos que bien podrían arrancarte una pequeña lágrima o un llanto extenso. ¿Alguna vez te ha ocurrido una de estas?
Sabes perfectamente que no es algo personal, muchos niños odian ciertas materias, especialmente si han tenido malas experiencias con ellas, pero que un alumno exprese en voz alta que tu trabajo no le gusta o que sencillamente lo odia es uno de los momentos más difíciles. No es personal, pero… ¿Por qué?
No hay nada peor que la traición de la tecnología, especialmente si te preparaste durante varias horas con una presentación en Power Point o un video detallado sobre cierto tema y de pronto la escasa tecnología de tu escuela te deja colgado con tu usb o tu video sin poder reproducirse. En ese momento tienes un grupo de adolescentes incómodos e impacientes que a la menor provocación empezarán a levantar la voz, lanzar bolas de papel y recuperar el ritmo de la clase después de eso puede ser realmente difícil.
Cuando un padre te dice que su pequeño jamás haría eso
Quizá no haya mayor frustración que recibir una respuesta como esta de un padre, porque muchas veces has puesto bastante esfuerzo en conseguir una cita con él o has lidiado semanas con un problema en el aula que esperas resolver en conjunto con los padres, pero respuestas como esa cierran la puerta.
Y además quiere darte clases
Ya que descubriste que ese padre o madre no cooperará con tu problema en el aula, solo hay un forma de volver peor esa situación. Y es que si además se siente con la autoridad de darte un consejo sobre cómo llevar tu clase, enseñar a tus alumnos o resolver conflictos en el aula, la situación se puede volver muy frustrante. Te encanta conocer puntos de vista y recibir ideas, pero cuando alguien que no tiene idea sobre la escuela pretende dar consejos, la cosa no termina bien.
Llevar el material equivocado
De por sí, preparar material puede volverse una misión imposible porque tienes muchos alumnos, pocos recursos y muchas tareas, pero cuando llevas un material para tu clase, como fotocopias, ejercicios o recortes, esperas que todo vaya bien en tu sesión, pero llegar preparado solo para descubrir que llevas el material equivocado… eso es una tragedia, definitivamente.
Amnesia nivel estudiante
Cuando pasas varias semanas en un tema importante o preparas con esmero alguna clase que te parece especialmente emocionante, esperas que tus alumnos aprendan y se queden con ese conocimiento para el futuro, pero no es raro que ese esfuerzo acabe en un “profe, eso nunca nos lo enseñó” en pleno examen o que tras un par de semanas de vacaciones, tus alumnos vuelvan con la cabeza en blanco, como si todo lo que enseñaste antes nunca hubiera existido. ¿En serio?
¿Te ha ocurrido algo así de triste? ¡Comparte con nosotrs cuáles han sido las situaciones más frustrantes de tu vida como profe!