Es bueno ser positivo, sin duda, tener una mente abierta y dispuesta a ver el lado alegre de la vida es muy importante, pero ¿para todo hay un límite? ¿Existe algún momento en el que la positividad puede volverse contraproducente? Sí, y en el ambiente escolar puede resultar muy poco constructiva. En momentos complicados, de cambio y de crisis es normal que busquemos la manera de mantener la mente positiva y concentrarnos en las cosas que van bien, sin embargo existe algo que llamamos: positividad tóxica. Aquí te decimos cómo puedes identificarla y qué hacer para evitar sus efectos adversos.
Siempre es común encontrarnos con personas que buscan ver de todo a su alrededor el lado positivo, nunca falta ese amigo que nos anima a ver solo lo brillante de la vida y que nos ayuda a cambiar cuando somos más bien pesimistas, pero en la actualidad y en gran parte debido a las redes sociales, existe una sobrecarga de pensamiento positivo que puede hacer las cosas difíciles para muchas personas.
Y es que cuando la carga de información y mensajes que recibimos tiene la mirada puesta en ser totalmente positiva puede nublar nuestra visión de las cosas, hacer complicado que aceptemos cuando necesitamos ayuda o cuando necesitamos hacer algún cambio y puede orillarnos a vivir con culpa cuando ciertamente no vivimos el mejor de los momentos.
Un efecto de esta falsa positividad es que acabará por bloquear la vista de las cosas que necesitan una mejora, algo que puede resultar muy contraproducente en el aspecto académico y escolar, pues sin afán de concentrarnos en las dificultades o en los errores, es necesario mantenernos críticos y objetivos, pero un ambiente inundado de positividad y mensajes optimistas puede dificultar el hecho de transmitir esa información e incluso puede que a quien se atreva a hacer la observación de las cosas que no funcionan tan bien, sea mal visto y censurado por la comunidad, que prefiere orientar la vista hacia los aspectos positivos.
Estas actitudes son normales y en general es bueno destacar lo que hacemos bien, pero también es importante observar las áreas de oportunidad.
Otro aspecto que puede afectar un exceso de positividad es provocar culpabilidad en quienes enfrentan dificultades, pues generalmente los discursos más tóxicos incluyen mensajes que hacen sentir a las personas que el cambio de su situación está únicamente al alcance de un pensamiento o de usar palabras distintas, por lo que disfraza la necesidad de resolver otros aspectos, como buscar ayuda profesional, analizar las estrategias que se usan u ocultar las emociones que consideramos negativas, como la tristeza o la ira, las cuales son normales y necesarias, pero reprimirlas puede resultar contraproducente.
Aceptar las desventajas
Finalmente, todas estas cuestiones pueden también sofocar algo que resulta urgente en muchos aspectos: trabajar en un ambiente en donde se valora el pensamiento positivo sobre cualquier cosa puede ocultar y hacer complicada la identificación de factores que ponen en desventaja a algunos miembros de la comunidad, esconder problemas como el bullying o incluso dificultades en casa o al interior de la escuela, que de otro modo podrían atenderse mejor.
Es bueno ser positivos y mantener una actitud abierta a la vida, pero también es necesario ser objetivos y escuchar a quienes no siempre se concentran en las cosas brillantes. ¿Cómo abordan en tu escuela las dificultades?