La escuela y la educación se han transformado mucho en poco tiempo, hoy en día ningún salón de clases se parece a las aulas de hace diez o quince años y es que el avance de la tecnología, los cambios sociales y los alumnos más jóvenes han aportado al cambio generacional en las escuelas, por ello, los docentes de todo el mundo buscan constantemente nuevas metodologías y didácticas que les ayuden a cambiar su salón de clases y atraer a sus alumnos.
Entre esas opciones ha surgido con mayor aceptación la transformación hacia el aula invertida, una metodología muy usada alrededor del mundo que, como su nombre lo indica, se trata de voltear todos los papeles en las aulas, hacer de los alumnos los verdaderos protagonistas del proceso educativo, mientras la figura tradicional del maestro cambia por la de un guía o facilitador, que les ayudará a llevar su aprendizaje a la acción.
La base es relativamente sencilla, pues plantea que los alumnos se encarguen de revisar la información más relevante para cada tema en casa, a través de recursos sólidos a los que tengan acceso constantemente, para que ellos solos adquieran esa información. Aquí el docente proporciona y diseña los contenidos, videos, bibliotecas digitales, actividades o ejercicios para resolver en casa son solo algunos ejemplos de materiales para casa.
Este enfoque permite a los docentes concentrarse durante las horas de clase en poner en práctica tareas y ejercicios más dinámicos, donde los alumnos aprovechen el contenido que ya estudiaron en actividades donde puedan poner manos a la obra y no solo reproducirlo para un examen. De esa forma se utilizan debates, Aprendizaje Basado en Proyectos o hasta Gamificación, todo está en el objetivo que tenga el docente para su clase.
A fin de cuentas, se busca que las habilidades y necesidades de cada estudiante se satisfagan con mayor facilidad en el aula, dando paso a una educación diferenciada, donde se utilicen diferentes estilos de aprendizaje en ejercicios muy diversos.
Esta metodología es ideal para momentos como el que vivimos en la actualidad, dar clases a distancia reduce la oportunidad de ver a nuestros alumnos cara a cara el tiempo que nos gustaría y si antes no nos alcanzaba el tiempo, ahora es aún más complejo, pero con el Flipped Classroom podemos aprovechar las sesiones a distancia para profundizar sus aprendizajes, prestar atención también al aspecto emocional y permitir a nuestros alumnos la oportunidad de socializar mejor con sus compañeros, algo tan necesario en medio del distanciamiento social.
Gran parte del Flipped Classroom está basado en el diseño de recursos para que los alumnos puedan aprender o estudiar por sí mismos desde casa, por lo que básicamente necesitamos fortalecer nuestras habilidades para la creación de este tipo de herramientas, crear videos, infografías, curar contenidos en bibliotecas digitales. Con estos recursos los alumnos podrán trabajar a la distancia, pero debemos tener en cuenta que la comunicación y el vínculo con los padres de familia también es fundamental, ellos son nuestro mejor apoyo y podría ser también la fuente de retroalimentación que nos ayudará a mejorar estos recursos.
Algo bueno de esta metodología es que podemos usarla para alumnos de casi cualquier edad, solo necesitamos adecuar muy bien los materiales que usaremos y la dinámica que usaremos para el aula, podemos combinar el uso del aula invertida con gamificación o aprendizaje basado en proyectos. Lo importante es que la motivación de participar activamente en un aula aporte al aprendizaje mucho más allá de la información de los libros, esto ayudará a que los estudiantes se compromentan con su aprendizaje.
¿Has utilizado nuevas herramientas para el aula? ¿Cómo te ha ido en estos experimentos? ¡Comparte con nosotros tus intereses e ideas!