Cuando eres maestro, esto puede llegar a ocurrir con frecuencia, que tus alumnos (o los adultos) te saquen de quicio. ¿Pero por qué esta expresión?
El quicio es una pieza en la que entra el poste sobre el que giran las puertas o las ventanas, si ese poste, que se llama espigón, llega a salirse de su quicio, la ventana o la puerta se caerá. Por eso, cuando has perdido por completo la paciencia o pierdes el control de tus emociones, tanto que te saca de tu estado habitual, significa que te has salido de quicio. A veces es inevitable, pero procura que no te ocurra con frecuencia.