El lenguaje es complejo e interesante, pues ocurren diversos fenómenos curiosos, los cuales también tienen su propio nombre. Los heterónimos, por ejemplo, son palabras con significados muy similares, pero que provienen de una etimología distinta, por ejemplo “caballo”, que viene de la raíz latina “caballus” y “yegua”, que por su parte viene de “equa”, también del latín.
Sin embargo existen otros heterónimos. En la literatura hay seudónimos, nombres que adopta un autor distintos a su nombre real para publicar su obra. Algo similar son los heterónimos, pero la particularidad de estos es que el escritor adopta una personalidad, historia y estilo distinto para su heterónimo, una profesión, un estilo de vida que afectan el pensamiento de este personaje ficticio desde el que escribe su obra.
Fernando Pessoa es un poeta portugués muy famoso por sus heterónimos, como Alberto Caeiro, Ricardo Reis o Álvaro de Campos, nombres con los que publicó amplia obra literaria cuyos estilos distaban mucho entre ellos. Antonio Machado o Miguel de Unamuno son poetas de habla hispana muy reconocidos que también elaboraron heterónimos. ¿Has leído sus obras?