La creatividad es una característica esencial para el mundo de hoy y aunque muchos relacionamos esta palabra con el arte o con casos de genios extraordinarios, la creatividad es algo que usamos a diario y entre más despierta esté, más probabilidades tendremos de resolver problemas diarios o llegar a innovar en nuestro día a día.
La creatividad va por la vida con algunos mitos asociados a ella, creemos que se trata de una habilidad de artistas o de genios, también pensamos que las soluciones que da la creatividad requieren de un momento de inspiración o llegan de pronto, suspiradas por las musas y, en algunos casos, pensamos que la creatividad no se puede enseñar, sino que es un talento con el que las personas nacen.
La verdad es que la creatividad no es algo exclusivo del arte, es cierto que en el arte se expresa de forma natural, pero todas las profesiones requieren de una dosis, pues esta nos ayuda a ver los problemas en diferentes perspectivas y a solucionarlos. Tampoco es que la innovación requiera de avances extraordinarios, pequeños cambios en la vida diaria están hechos con creatividad, además esto es algo que se puede incentivar, para ser más creativos cada día, así que no es un talento dado.
Debido a todos esos mitos, en la escuela llegamos a creer que para desarrollar la creatividad están las materias de arte, teatro o música, mientras que los profes de matemáticas, historia o lengua deben abocarse a esos temas de forma seria. Sin embargo, la creatividad no debe ni puede incentivarse solo en materias de arte. En muchas escuelas no hay espacios suficientes para desarrollar asignaturas artísticas, además debemos mostrar a los alumnos que el uso del pensamiento creativo es importante para todas las materias. Por ello, desarrollar la creatividad en temas como matemáticas, ciencias, lengua o historia ayudará a que los jóvenes se sientan más emocionados con las clases y que pongan a prueba sus habilidades y aprendizajes.
Si soy un profe de ciencias ¿cómo hacer que mis clases sean más creativas? Es difícil si pensamos que muchos temarios están dedicadas a la teoría o a la adquisición de datos, sin embargo, en cada clase hay oportunidades para abrirle espacio a la creatividad. El simple hecho de permitir que los alumnos formulen preguntas abiertas sobre los temas de la clase y que reflexionen sobre los resultados que se obtienen en una ecuación o tras un proceso histórico hará que los alumnos utilicen su parte creativa. Ejercicios en los que puedan expresar un poco de sí mismos y no solamente tengan que dar respuestas correctas podría serles muy útil.
Valorar la creatividad es importante, así como recompensarla. Pequeñas actividades en las que cada alumno pueda elegir su propio proceso, como proyectos en los que decidan qué materiales usarán o detalles como el uso de colores y plumones para tomar apuntes o crear resúmenes son formas de motivar la creación.
Hacer preguntas a los estudiantes que permitan la reflexión es muy útil para ellos, en cada tema expuesto hay oportunidades para que ellos mismos exploren los temas y los datos. ¿Por qué un personaje histórico tomaría esas decisiones? ¿Por qué el ciclo del agua es así? ¿Qué características creen que necesita una planta? Ese tipo de preguntas antes y durante la clase crearán un espacio en el salón para que ellos respondan y hagan de su aprendizaje algo más significativo.
¿Incentivas la creatividad de tus alumnos? ¿Cómo utilizan a diario su genio creativo, tanto tú como tus alumnos?