No es fácil, pero alguien tiene que hacerlo, ser maestro es un trabajo muy especial, porque no se trata de un empleo más, sino del encargado de la formación de todos los demás trabajos. ¿Qué hay de especial en la docencia? ¡Mucho! Pero aquí hicimos una selección de lo mejor de ser maestro. ¿Qué agregarías tú?
Cada año, un nuevo grupo de alumnos llegará a tu aula e inevitablemente desarrollas una relación especial con ellos, hay ciclos escolares en los que la química es evidente y desde el inicio alumnos y docentes se divierten y aprenden, otros años se requiere cierto esfuerzo y dedicación para conectar con ellos, pero invariablemente, al llegar el verano, sentirás nostalgia por esos alumnos que cambian de grado. Y ellos tendrán un lugar especial para ti.
Se cree que el maestro llega al aula para transmitir conocimientos a los alumnos, que durante las horas que dure su clase será el docente quien hable y exponga información, sin embargo, un maestro sabe que en el salón de clases las cosas son distintas. Entre alumnos y profes existe un intercambio de energía, cariño y saberes que difícilmente se aprenderían en otro lado, emociones, experiencias, conocimientos y alegrías que cada día te hacen crecer como persona y como maestro.
La verdad es que el ser humano busca constantemente dejar una huella en la historia, un objetivo que los profes tienen asegurado, pues año con año transmiten a sus alumnos un poco de sí mismos, una parte que llevarán consigo toda la vida y que seguramente también pasarán a otras generaciones. ¡Así dejas un legado en cada uno de tus estudiantes!
En algunos trabajos el rendimiento y los resultados del esfuerzo diario se miden de forma abstracta o son difíciles de observar, sin embargo, al ser docente tú eres testigo diariamente de los resultados que obtienes con tu esfuerzo y no solamente tú, sino cada uno de los alumnos. Para un maestro, el impacto que tiene su trabajo es palpable día a día, en ese estudiante que sonríe al entender un concepto nuevo, en el joven que se acerca a sus metas, en el cariño que recibes a diario.
Muchas personas sueñan con cambiar el mundo y hacer de él un lugar mejor, pero tú no lo sueñas, lo haces cada día, porque tu labor es el base sobre la que se construye una sociedad justa, incluyente, diversa y crece día a día, tu trabajo es realmente el semillero de todo lo que podemos lograr como país y como humanidad. ¡No todos tienen el privilegio de decirlo!
Seguramente te ha pasado que vas de camino a tu casa y de pronto recuerdas un momento particular del día en el que tus alumnos te hicieron reír, te sorprendieron o casi te hicieron llorar de alegría, seguramente cuando estás con tu familia o amigos acabas siempre con una historia de alguno de tus estudiantes o te ríes durante el día al pensar en tu clase. Y es que en la escuela no hay tiempo para aburrirse.
¿Para ti cuál es la mejor parte de ser maestro? ¡Comparte con nosotros esas maravillosas razones por las que amas tu trabajo!