Las vacaciones ya están aquí y parecen el momento perfecto para alejarnos lo más posible de la escuela y olvidarnos de evaluaciones, tareas, papás y directores, pero, antes de que guardes borrador y pluma roja hay una cosa que podrías hacer para prepararte lo mejor posible para el siguiente ciclo escolar: reflexionar sobre el año que acaba de terminar.
¿Por qué pensar en eso?
Podría parecer innecesario, quizá hasta un poco ocioso, pero darte tiempo para hacer una reflexión profunda sobre el curso que termina es la mejor manera de crear fortalezas que te ayudarán en los años venideros, así podrás aprender de tus errores y aumentar tus habilidades. Elena Aguilar, experta en asesoría para maestros, recomienda esta tarea, pues así estarás más preparado cuando se presente alguna dificultad.
Puntos buenos y malos ratos
Para comenzar dibuja una línea temporal del ciclo que acaba de pasar, resalta cuáles fueron tus momentos más fuertes y cuáles los que te desgastaron más, tanto física como emocionalmente. Analízalos, quizá tu mejor semana fue cuando tus alumnos se emocionaron con algún tema o la más difícil fue justo antes de vacaciones de diciembre, porque todos estaban cansados y distraídos. Aprovecha esta información para anticipar momentos complicados del año que se aproxima, pues hay cosas que no podemos evitar: la distracción previa a los días feriados, la tensión durante la época de exámenes, planea cómo pasarás por esos días, podrías pensar en dar una clase especial justo antes de vacaciones o enseñar tácticas de relajación a tus alumnos antes de los exámenes.
Tus mayores éxitos
Ahora que sabes cuándo y cómo te sentiste durante el ciclo escolar escoge un par de momentos en los que mejor te sentiste. ¿Por qué te sentiste así? ¿Quienes participaron? Describe la situación lo mejor que puedas y piensa cuál fue tu papel en esas situaciones y considera si hiciste algo que pudieras repetir para revivir esa experiencia. Quizá fue una clase que preparaste con mucha antelación o un proyecto que experimentaste con tus alumnos. Algunas de esas estrategias podrías aplicarlas nuevamente o incluso mejorarlas.
¿Qué tal las relaciones?
Una parte muy importante de toda nuestra vida son las relaciones con otras personas y en el caso de nuestro trabajo son primordiales, pues todo el tiempo nos relacionamos con nuestros alumnos, con otros profesores, con autoridades y con los padres de familia. Este es un buen momento para reflexionar sobre esas relaciones, cuáles son las más positivas y cuáles las más difíciles. Seguramente descubrirás patrones: algunas personas con las que mejor te llevas y otras con las que se te dificulta más. Busca soluciones y estrategias para tratar esos momentos, así estarás más preparado.