El reto de vivir nuestra vida personal mientras nos desarrollamos de forma profesional es cada vez más complejo y está lleno de nuevos desafíos, conforme la idea de éxito se ha ido transformando también nuestras aspiraciones y frustraciones han cambiado, actualmente la exigencia de ser profesionistas, de desarrollar aspectos personales y de formar una familia parecen ser ideas que se contraponen en un ambiente que exige demasiado y que no siempre nos da las posibilidades de desenvolvernos como nos gustaría. Por otro lado, se ha dado con mayor fuerza una presión por lograr el tipo de éxito que manifiestan los estereotipos y los modelos que crecen en redes sociales y otros medios de comunicación, lo cual juego en nuestra contra cuando nos damos cuenta de que no estamos cerca de lograr ese patrón.
Actualmente hay muchas ideas y expectativas que son muy difíciles de alcanzar, especialmente con las imágenes inalcanzables que vemos en las redes sociales que nos muestran personas irreales, una imagen hecha para sorprender al otro, mientras que nuestra vida diaria es una constante de dificultades para dormir las horas necesarias o incluso encontrar tiempo para comer, ver a la familia o convivir con nuestros amigos. Esto nos transmite la falsa idea de que algo estamos haciendo mal o de que nosotros, de forma personal, no tenemos la capacidad de lograr esa meta que nos plantean en fotos de Instagram o videos de Youtube.
El discurso al que estamos expuestos constantemente nos hace ver que el balance entre nuestra vida laboral y nuestra vida personal es la meta, algo que lograremos en un punto y a partir del cual seremos personas equilibradas, con la vida bajo control. Sin embargo esta visión de las cosas es irreal, ya que siempre hay momentos complejos en algún entorno que nos obligan a inclinar la balanza, además vamos creciendo y afrontando nuevos retos constantemente, lo que hace que esta supuesta meta no exista, en realidad la búsqueda de este balance es el viaje, es de hecho el proceso. Darnos cuenta de esto nos ayudará a sentirnos mucho más satisfechos.
Es verdad que a veces estamos inclinados mucho más hacia cierto punto, lo cual pone bajo tensión las otras partes de nuestra vida, en ocasiones darnos cuenta de esto nos obliga a valorar lo que estamos haciendo y a replantear las metas que tenemos para nosotros mismos, con respecto a la gente que nos rodea o lo que buscamos hacer en nuestra vida diaria. Y darnos cuenta de las necesidades que se presentan al momento nos puede ayudar a ajustar las tuercas para mejorar ese balance, pero es importante recordar que este trabajo es constante y que aunque a veces tenemos una inclinación hacia algún aspecto no significa que fallemos.
Precisamente toda esa presión nos obliga a pensar que para lograr lo que estamos buscando tendríamos que dar un giro de 180° para realmente alcanzar el tan apreciado balance, el éxito personal, la satisfacción de nuestros ideales, incluso familiares, sin embargo un cambio abrupto nunca es la mejor solución.
La mejor forma de caminar hacia el equilibrio es empezar poco a poco, metas muy drásticas plantearán escenarios complejos que no podremos mantener, lo cual aumentará la frustración. Si buscas pasar más tiempo con tu familia añade un par de horas a la semana, sé estricto con eso, pero no comiences con la meta de dejar el trabajo de un día para otro al ritmo que tenías anteriormente, porque te hará sentir que dejas demasiadas cosas pendientes y habrá un giro en tu respuesta al trabajo, mejor agrega solamente un par de horas y aumenta poco a poco tu presencia en casa o con tu familia. Será un proceso que todos podrán apreciar.
Aunque esto se ha convertido en un dicho común que podría llegar a trivializarse, el autocuidado sí es muy valioso, pues implica que nos demos el espacio para identificar cómo estamos y emprender acciones para proteger nuestra salud física y mental, lo que debe ser nuestra prioridad. No es solamente un baño y una canción, el autocuidado es más que eso y es quizá lo más importante, es cargar gasolina para avanzar, se trata de hacer ejercicio, comer saludablemente y hacer un momento para analizar cómo nos sentimos, expresar nuestras emociones y relajarnos en medio del torbellino de la vida diaria. Claro que no es simple, porque implica hacer un espacio en la apretada agenda, pero comenzar por cinco minutos al día o añadir un par de verduras a la comida diaria, puede ser la diferencia y el comienzo.
Si alguna vez has sentido que el trabajo se empalma con tu vida personal, probablemente has sentido también cierta tensión y culpa al no poder lograr un balance. Recuerda que este equilibrio es distinto para todos. ¿Qué estrategias tienes tú para lograr un balance? ¡Comparte con la comunidad de Sala de Maestros!