Recientemente los teléfonos celulares se han convertido en una epidemia, seguramente, tú mismo te has enfrentado a esos conflictos, no poder dejar de ver la pantalla es un problema común entre personas de todas las edades y probablemente tus alumnos, sin importar su edad, sufren del mismo mal.
Prohibirlos podría parecer la solución definitiva, pero muchas veces no funciona como debería, pues los alumnos encuentran la manera de llevarlos a la escuela, sacarlo sin ser vistos o incluso llegan a utilizarlos sin ningún remordimiento. ¿Cómo lidias tú con ello?
Enseñar a usarlos
Uno de los problemas más graves que detonan estos aparatos es que los alumnos de todas las edades tengan acceso a contenidos que no siempre son sanos o apropiados para su edad, sin muchas herramientas para evitarlo, lo único que queda es enseñarles a navegar de forma segura, así como hablar al respecto de los peligros que existen en la red. Como profesor, no es absolutamente tu responsabilidad, pero si puedes incidir en cómo conviven con ellos. Tal vez tú mismo debas aprender un poco sobre redes sociales o sobre seguridad en las redes para poder hablarles de esto, pero toma las riendas y hazles saber que no todo es seguro.
Convertirlos en aliados
Prohibir el celular puede parecer lo más razonable, pues son una fuente de distracción. Sin embargo, no siempre funciona. Quizá lo mejor sea quitarle el poder y hacerlo tu aliado, utilizarlo como un recurso. Existen muchos materiales pedagógicos en línea que puedes aprovechar con tus alumnos, desde aplicaciones para pasar lista, hasta imágenes o documentos para verlos durante la clase. Aunque no tengan internet en el aula, puedes darles material para descargarlo en casa y compartirlo durante las clases.
Prohibir los hace tentadores
Una prohibición suele convertirse en una tentación, por lo tanto, entre más duro seas con la aparición de estos aparatos, más querrán tus alumnos sacarlo y utilizarlo. Es posible que una relación amable con la tecnología te garantice alumnos más cómodos, con menos tentación de sacarlo a cada rato. Quizá brindarles un espacio al día para jugar con su aparatito evite problemas a media clase.
Que tus alumnos te enseñen
La verdad es que constantemente los alumnos usan mejor su teléfono que cualquier adulto y disfrutan hablar de ello, porque es parte de su vida diaria. De vez en cuando, podrías pedirle a tus alumnos que te den consejos sobre que aplicaciones bajar o cuáles son sus juegos favoritos, esto además les dará un espacio recreativo y divertido para relajarse, abrirá un canal de comunicación entre tú y ellos e incluso podría hacerte aprender algunos tips sobre tecnología.
¿Cuál es el manejo que das tu para la tecnología en tu salón de clases? Si eres de los que está en contra o si eres de los que buscan aprovecharla, cuéntanos qué estrategias planteas y cómo lo llevas en tu salón.