El regreso a clases es un momento feliz y emocionante que llega con su dosis de nostalgia, pues dejamos atrás un verano más. Además los días de descanso se diluyen a gran velocidad, por lo que es posible que el regreso a la escuela nos agarre desprevenidos. Esto hace que tengamos que transitar una variedad de emociones en poco tiempo, lo cual nos lleva por una montaña rusa emocional.
¿Has pasado ya por todas etapas? ¿En cuál te encuentras?
¿Cómo que ya se acabaron las vacaciones? ¡Si ayer salimos del curso! La primera etapa siempre es la sorpresa, nadie entiende cómo el tiempo pasa tan rápido cuando se trata de vacaciones y tan lento entre el miércoles y el viernes.
Esa primera etapa inevitablemente lleva a una negación. Sencillamente no es posible, imprimieron mal el calendario, la aplicación se equivocó, todos están locos. No es posible que ya sea inicio de curso tan pronto.
Aquí empiezas a negociar con alguna identidad, tal vez tú mismo, para aprovechar lo que queda del verano y alargarlo lo más posible. Puede que incluso hagas ofrendas con tal de que el tiempo se haga más lento.
No hay nada más triste que sentir como el verano se nos va entre los dedos, así que en esta etapa empezamos añorar las tardes con nuestra familia, las películas de Netflix que no vimos y las horas de sueño que se perderán muy pronto.
Pero una vez superada la tristeza comienza la verdadera emoción, esa que nos da cuando empezamos a preparar todo nuestro material, cuando pensamos en los alumnos que conoceremos o en el reencuentro con nuestros viejos estudiantes. Aquí empezamos a sentirnos realmente emocionados por lo que vendrá.
Ya que entendemos que todas esas cosas no solo nos emocionan, sino que son cosas que realmente extrañamos durante las vacaciones y vemos con ilusión el año que comienza llega la verdadera aceptación, esa en la que se ha terminado la negociación y ya vimos que regresar al trabajo es un ganar-ganar.
¿Has pasado por estas etapas en este regreso a la escuela?