Llegó el receso escolar y aunque los profes aún estamos atados a ciertas partes del trabajo, también tenemos la oportunidad de disfrutar el verano tanto como nuestros deberes de casa, hijos y compromisos nos lo permitan.
Por lo que hay muchas opciones que podemos aprovechar para divertirnos y relajarnos. Pero estas mismas actividades, además de ser muy disfrutables, son una gran oportunidad de mejorar nuestra práctica docente, convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos y crecer para nuestros alumnos.
Aquí te dejamos algunas ideas para que aproveches las vacaciones, pero que también te sirvan para tu faceta de docente y te dejen listo para el regreso a clases.
Si puedes viajar, hazlo, aun si es solo un fin de semana a alguna población cercana. Se trata de que conozcas personas nuevas, de atreverte a probar comida distinta, ver un paisaje diferente e incluso tener tiempo durante los traslados para despejar tu mente.
Si un viaje no se logra, puedes salir a turistear en tu localidad. Visita los museos locales, conoce parques, bibliotecas, mercados y kioscos cercanos. Investiga las actividades culturales y turísticas del lugar donde vives y visita sitios distintos.
Los beneficios de aprender algo nuevo son muchos, tanto para ti mismo, como para tus clases. Pero hay una perspectiva que te ayudará especialmente: la del estudiante.
Inscríbete a algún taller, prueba nuevas habilidades o descubre algún tema interesante. Y experimenta la sensación de ser nuevo en algo, de no conocer ni dominar el tema que aprendes y descubre cuál es la aproximación de tu instructor, observa a los otros estudiantes, si el método les es útil o no y considera cómo te aproximas tú con tus alumnos.
Sí, date la oportunidad de descansar. No solamente de dejar de hacer lo que haces a diario ni de resolver tus pendientes a toda prisa. Reserva tiempo para que descanses, para que liberes tu mente del estrés del trabajo o de la casa y permite a tu cuerpo tomar un respiro.
Esta parte es importante, porque muchas veces nos quedamos con ciertas preocupaciones, incluso del ciclo que terminamos y que no pudimos resolver como queríamos. Pero nos reservamos esos pensamientos, tratamos de olvidarlos, queremos alejarnos de todo eso. Esto nos limita un poco, porque no logramos darles forma a los problemas que nos agobian o agobiaron en algún momento.
Acércate a otros profes, no tienen que ser de tu escuela, cuéntales esas pequeñas preocupaciones que tienes, tanto del ciclo que terminó como del que empezará pronto. ¿No conoces muchos docentes? Acércate a las redes sociales, ahí podrás encontrar grupos de docentes de todo el mundo que te ayudarán a poner todo en perspectiva y lograr un sentimiento de pertenencia. Nadie entiende mejor a un docente que otro docente.
A veces nos olvidamos de los consejos que damos a nuestros alumnos y preferimos pasar el rato frente al televisor, el celular o la computadora. Aunque el uso de cualuqier pantalla también puede ser benéfico para nosotros, no debemos olvidarnos de los libros.
Escoge alguna novela que tengas pendiente o incluso algún ensayo sobre educación que te dé curiosidad, añade títulos a tu lista de lectura y trata de terminarla. Esta también es una gran oportunidad de incentivar en los más pequeños de la casa la lectura, pues no hay mejor forma de convencerlos de leer que ver a un adulto que lo hace.
¿Cómo aprovechas las vacaciones para alimentar tu faceta de docente? ¡Comparte tus ideas con nosotros!