A veces leer a tus estudiantes no es tan sencillo, algunos parecen entender bien lo que pasa en la clase, pero llegan al momento del examen y no, te das cuenta que no lo habían entendido. Muchas veces las evaluaciones son periódicas y no te dejan conocer su nivel sino hasta que tienen que enfrentarse a los exámenes. Por eso es importante que te mantengas atento a su evolución en términos de comprensión de los temas previstos. ¿Cómo saber si tus estudiantes te siguen el paso?
Antes que nada, el objetivo
Especialmente cuando estés ante un tema importante o complejo, al preparar tu clase no pienses en lo que enseñarás, ni en lo que los niños harán, pregúntate qué es lo que deben aprender al finalizar la clase, qué se supone que sean capaces de hacer o cuál es el concepto central de esa sesión, de esa forma llegarás con los objetivos claros para ti, sabrás exactamente qué necesitan saber e identificarás los puntos importantes, aquellos en los que necesitas poner más énfasis o hacer alguna pausa.
Semáforos de aprendizaje
Una vez impartida la clase o conforme avanzas en el tema, puedes pedirle a tus alumnos que señalen cómo se sienten respecto a él, puedes crear semáforos o establecer señales con las manos: pulgar arriba, entendí todo y hasta podría explicarle a un amigo; pulgar horizontal, entendí, pero aún me siento confundido; pulgar abajo, no entendí nada, necesito ayuda. Estos tres niveles te ayudarán a identificar el nivel de comprensión y la seguridad que tienen tus alumnos. Es un sencillo método de seguimiento para que verifiques cómo lo perciben, cuántos y quiénes tienen algún problema.
No hagas cuestionarios
Al terminar la lección no hagas cuestionarios, mejor haz encuestas o preguntas generales, hazles saber a tus alumnos que en ese momento no se trata de una evaluación, sino solo de una revisión para ver cómo seguirás tú con la clase, de lo contrario ellos buscarán, por todos los medios, responder bien, y será difícil que veas en donde están los puntos débiles. Si haces una participación oral busca que respondan la mayor cantidad de alumnos posibles, para eso puedes crear dinámicas en las que discutan en grupo, por ejemplo. Las preguntas que planteas son importantes. ¿El personaje haría esto? ¿Tal concepto es verdadero o falso? En una situación tal, ¿cómo se aplicaría este tema? Busca formas de hacer las preguntas que te muestren su nivel de comprensión y quizá no tanto la memorización.
Esta dinámica es muy útil para medir el desarrollo de la clase y para sondear si tus alumnos están cómodos en el aula. Al final de la clase pásales un pequeño cuestionario en donde ellos puedan explicar con sus palabras lo que entendieron de la clase, con una o dos preguntas claves podrás hacerte una idea de su nivel de comprensión, de paso agrégales preguntas sobre ellos mismos, su estado de ánimo o sobre si les gusta tu clase, esto te servirá de retroalimentación.
No te quedes en un lugar
Muévete por el salón mientras hablas, esto ayudará a tus alumnos a mantenerse atentos, pues deberán moverse o seguir tu voz por el espacio, evitará que se aburran tan fácilmente y a ti te dará la oportunidad de observarlos. Si tu clase se trata de ejercicios o tus alumnos deben trabajar en algo para reafirmar conocimientos, como debates, pequeños escritos o cualquier método que utilices, camina entre ellos para que veas cómo resuelven sus ejercicios, podrás ver si tienen problemas en alguna etapa y evaluar si son más o menos los alumnos con dificultades.
¿Cómo haces para saber si tus alumnos te siguen el paso? ¡Comparte esas estrategias!