Hace unos años era algo común que un aula en silencio se considerara como el mejor lugar para aprender, esa sensación de que al mantenerse callados, los estudiantes estarían realmente atentos a lo que el profesor decía en el aula o que se concentrarían mejor para leer, resolver ejercicios o pensar sus respuestas, sin embargo, con los años hemos aprendido que para todo hay un momento y, en realidad, un aula en movimiento, con conversaciones activas y risas dispuestas también puede ser el mejor espacio para aprender.
Utilizar el humor en nuestra clase puede cambiar el ritmo de aprendizaje, aunque como docentes no estamos para divertir a nadie, sí podemos unir el buen humor, la risa y el conocimiento como parte de la rutina diaria de nuestros alumnos, así lograremos motivarlos y conectar con ellos. ¿En tu aula haces reír a tus alumnos? Aquí te damos algunas ideas para que consideres añadir risas a tu salón de clases.
El humor es una de las partes más importantes de la cultura y de la forma en que nos relacionamos como seres humanos, compartir algo que nos causa risa nos une como miembros de una misma comunidad, pues por fuerza compartimos referentes previos gracias a los cuales entendemos el punto de una historia, un chiste o una broma. Por ello, es uno de los grandes puntos de encuentro para ganar confianza, conectar con los otros y hacernos sentir que pertenecemos a cierto grupo.
Además, reír es un gran beneficio para todos, nos ayuda incluso a mantener niveles sanos de presión sanguínea, a mejorar la digestión y, por encima de todo, nos ayuda mantenernos relajados. Una buena sesión de risa puede hacer maravillas para nuestra salud mental, estimular nuestra imaginación y prevenir otras enfermedades.
Ya sabemos que el temor a equivocarse o la presión de los errores pueden ser una barrera muy complicada para los estudiantes, ya que limita su desarrollo y los mantiene alerta en actividades para los que necesitan estar relajados y tranquilos. Por ello incluir un poco de humor en nuestra aula es importante, ya que los ayudará a relajarse y a sentirse más cómodos incluso con materias que les cuestan trabajo, además permitirá que tomen algunos riesgos, pues el temor a hacer el ridículo o a exponerse disminuirá.
Algunos estudios han demostrado que la risa activa nuestro centro de recompensa, desde donde segregamos dopamina, un químico muy importante para la motivación y para la memoria a largo plazo. Con esto en mente podemos ver que la risa es un aliado perfecto para los aprendizajes profundos y para la retención de información para nuestros estudiantes. En algunos estudios se ha visto que las personas recuerdan mucho mejor datos y estadísticas que fueron dados a través de una narrativa graciosa que estimulaba su risa y buen humor, con lo que nos podemos dar idea de cómo esto podría ayudar a los alumnos en un día normal de escuela, especialmente si consideramos que estarían más relajados y motivados.
Como lo mencionamos al inicio, el humor y la risa son signos de que compartimos algo con nuestro interlocutor, sus referentes y el ambiente cultural en el que se ha desarrollado, por lo que compartir risa con un grupo de personas nos hará sentir de forma natural parte de una comunidad, con lo que fortaleceremos los lazos y vínculos con otras personas de este círculo. Además hará de este lugar un espacio seguro, donde compartimos alegría y buen humor, lo cual permitirá a los alumno sentirse dispuestos y capaces.
Para aumentar el rendimiento académico y mejorar la memoria de los alumnos lo ideal es abrir espacios de conversación, permitir momentos para relatar historias graciosas o programar un viernes de comedia, por ejemplo, puede ayudar, en general, a relajar el ambiente. Pero también podemos considerar bromas que se relacionen con la materia en si misma, algo que no es difícil si buscamos algunos recursos en línea, quizá videos graciosos sobre ciertas situaciones que veremos en el salón de clases, bromas precisas sobre los datos que tenemos en clase y experimentos divertidos son el lugar perfecto para inspirar la risa.
Para elegir el tipo de humor que usaremos o permitiremos en la clase basta con recordar que si a alguien le hace daño una broma entonces ya no es gracioso, así evitaremos chistes que tienden al bullying.
¿En tu aula suele escucharse la risa de tus alumnos? ¿Cómo activas el buen humor en tus clases? ¡Comparte esto con nosotros y con la comunidad de Sala de Maestros!