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Sin duda estamos viviendo una situación extraordinaria, mantenernos en casa es de por sí una situación que nos puede provocar ansiedad y sumado al riesgo y a la incertidumbre que percibimos en el mundo exterior ha creado distintos problemas en el mundo. Más allá del riesgo del Covid-19, existe el problema de la salud mental. Por ello es necesario que pongamos atención a cómo nos sentimos, no solo en el aspecto físico, sino en el emocional.
Si has sentido que últimamente duermes mal o duermes de más, si has cambiado tus hábitos alimenticios o si estás más irritable de lo normal, podrías experimentar ansiedad. Aquí te damos algunas ideas para que mantengas esto a raya. ¡Cuídate!
Esto puede sonar muy simple, ser muy complicado y parecer inútil, pero es una de las mejores recomendaciones para mantener el orden, la claridad y la tranquilidad. Dar una estructura a nuestros días nos ayuda a sentir que tenemos nuestra vida bajo control, a pesar de la incertidumbre y que sabemos lo que podemos esperar de cada momento. Aunque parece simple y en apariencia es algo que hacemos sin mucho esfuerzo, hacerlo de forma consciente es necesario. Imprime o dibuja un calendario semanal, con horarios y divisiones diarias, marca tus horarios de comida, la hora de levantarse y la hora de irse a la cama. Anota los horarios para bañarte y sobretodo haz espacio en esa rutina para ejercitarte, hacer actividades de autocuidado y de socialización, ya sea con la familia al interior de casa o con amigos a la distancia.
Otra de las recomendaciones que más nos hacen sin importar la situación es hacer ejercicio y es que este simple hecho nos ayuda a cuidar nuestra salud física y mental de muchas maneras. Para algunos es sencillo tener una rutina diaria de actividad física, pero para muchos otros es muy difícil, especialmente si no es un hábito que hayamos desarrollado a lo largo de nuestra vida. Ocurre que vemos el ejercicio como algo que toma mucho tiempo, requiere mucho esfuerzo y es completamente ajeno a nuestra rutina diaria. Por ello es importante que la añadamos a la rutina que planteemos desde el inicio. No tienes que empezar con cincuenta minutos de ejercicio diario, sino con pequeños cambios que te ayuden a tomar un ritmo y poco a poco desarrollar condición física.
Empieza por diez minutos tres veces a la semana y esfuérzate por cumplir esta primera misión, puedes añadir cinco minutos la siguiente semana o añadir un día más. Poco a poco aumenta tanto el tiempo como el esfuerzo que necesitas. No inicies de lleno con algo exhaustivo, mejor comienza por estirar, trotar un poco o seguir una coreografía, algo que disfrutes y aumente tu ritmo cardiaco.
Después de casi un año de estar en casa, las oportunidades para socializar se han reducido al mínimo. Quizá los primeros meses disfrutamos el tiempo para estar con la familia de casa o nos esforzamos por mantener un contacto virtual con nuestros amigos más cercanos, pero conforme pasa el tiempo es más fácil cerrarnos y acostumbrarnos a estar aislados, con lo que poco a poco perdemos contacto con nuestro círculo de amigos. ¡Ahora es el momento de cambiarlo! Tómate unos minutos en la semana para hacer llamadas, enviar mensajes u organizar videollamadas con tus amigos, familiares e incluso con otros docentes. Date el tiempo en clase para tener momentos en los que tus alumnos socialicen y tú mismo comparte con ellos tu día a día, escúchalos y cuéntales tus preocupaciones. La mejor manera de mantenernos saludables es cuidando también el aspecto emocional.
Los ejercicios de respiración consciente pueden ser tus mejores aliados en momentos de mucha tensión. Date unos minutos al día, durante el trabajo, antes de dormir y al despertar para respirar de forma consciente, es decir, totalmente atento a este proceso. Localiza las sensaciones que tienes cuando el aire toca tu nariz, cómo pasa por tus vías respiratorias. Procura que estas respiraciones sean diafragmáticas, es decir, hincha el abdomen, no el pecho. Cuenta diez respiraciones y si pierdes la cuenta inicia de nuevo, no como un castigo, sino para que permanezcas en el presente. Esto te ayudará a manejar la ansiedad.
Todo a nuestro alrededor es caótico en este momento, así que es totalmente normal que nos sintamos mucho más estresados que en cualquier otro momento y lo mejor que podemos hacer es tener a la mano todas las herramientas posibles. Buscar ayuda de un psicólogo puede ser la mejor manera de crecer en esta etapa, explorar quiénes somos y encontrar las fortalezas que nos ayudarán a continuar a pesar de la situación, es algo que nos servirá ahora y en el futuro. No dudes en pedir ayuda, la salud mental es una parte esencial de nuestra vida.
¿Cómo has cuidado tu salud mental a lo largo de la pandemia? ¡Comporte tus tipos con otros docentes!