Contrario a lo que muchas personas piensan, dar clases no se trata solamente de hablar, ni de cuidar pequeños como si de niñeras se tratara. La tarea del docente tiene muchos aristas y muchos de los retos que enfrentan los maestros no tienen que ver con la parte académica, sino con las emociones y el contexto del que provienen los alumnos.
El manejo de grupo, por ejemplo, es una de las pruebas más difíciles para los docentes, pero una buena base para tener alumnos atentos y tranquilos está en el respeto que los alumnos sienten por sus maestros. ¿Cómo inspirar ese respeto en jóvenes que muchas veces no tienen límites en casa?
A continuación algunas ideas para que el respeto reine en tu salón de clases.
Poner el ejemplo
Es importante diferenciar el respeto de la autoridad. Siempre debemos tener presente que nuestros alumnos deben percibir en su maestro un genuino interés en ellos, en la enseñanza y en su desempeño, necesitan verlo más allá de una figura autoridad. escuchar con atención a los estudiantes y pedirle al grupo que escuche a sus compañeros cuando hablan en el salón son actitudes necesarias para que el respeto sea una forma de convivir en el salón de clases.
Es difícil pedir algo a los alumnos si no ven lo mismo en sus maestros. Ser puntuales, respetar el reglamento de clase (que podrían construir entre todos), no utilizar celulares y cumplir con los plazos que nosotros, como maestros, propongamos para entregar calificaciones, son formas de dar un buen ejemplo.
La voz
Debemos evitar que nuestro tono de voz sea monótono o cansado, para mantener la atención es importante no gritar, pero sí ser expresivos con nuestra voz, transmitir seguridad, tranquilidad y gusto por lo que se explica.
Cuidar la voz es muy importante, pues es una herramienta esencial en el día a día, por lo que beber agua y respirar correctamente es importante. Busca ejercicios para el diafragma y para aprovechar tus resonadores naturales, así no será necesario gritar. Recuerda hablar de frente a tus alumnos y evita interrumpirlos cuando ellos hablen.
Actitud corporal
Recuerda siempre que los niños son muy receptivos, por lo que, aún si se trata de una actividad silenciosa en el aula debemos hacer notar nuestra presencia. Caminar entre las filas, de un lado a otro, permite que los alumnos sientan que estamos siempre al pendiente.
Para transmitir seguridad y a la vez confianza usa todo tu cuerpo cuando hables, gesticula y usa las manos, trata de hacer contacto visual constantemente y muévete por el aula, no te quedes en un solo punto.
Preparados para todo
Planear clases es una actividad que consume mucho tiempo y puede ser cansada, pero entre mejor preparado estés para exponer tus clases mejores serán los resultados, pues si notan que su maestro se prepara bien para sus clases sentirán confianza y su admiración irá en aumento.
Recuerda siempre revisar si todos siguen el paso de la clase, eso los hará sentir integrados y notarán que te preocupas por ellos. Puedes utilizar un semáforo visual con ellos para que sepas quienes necesitan apoyo con ciertos temas, además puedes hacer ejercicios simples para cerciorarte que te siguen.
Empatía
Este es un elemento muy importante. Escuchar siempre con atención a los niños o jóvenes fortalece la relación y ayuda a mejorar el proceso educativo, pues los alumnos se sienten contentos, confiados y motivados en un ambiente donde saben que son reconocidos por sus logros y apoyados en los retos que enfrentan cada día. Expresar a los alumnos un interés genuino y comprender las situaciones que cruzan, naturalmente, los hará empáticos con sus compañeros y maestros.
Para inspirar respeto en los alumnos es importante vigilar todos los aspectos de la clase. ¿Cómo haces para crear un ambiente cordial y de admiración en tu salón de clases?