Leer es una de las actividades más importantes de nuestra vida académica, porque tendremos que hacerlo a lo largo del tiempo y cada vez las lecturas serán más complejas. Pero también es una actividad que se le dificulta a muchos estudiantes, ya sea porque parece aburrido o porque es una habilidad que no les es fácil desarrollar, especialmente en un mundo cada vez más visual.
Es muy importante prestar atención a esta habilidad, no importa la edad de nuestros alumnos, ya que será necesaria para su futuro y para que aprovechen lo que nosotros podamos ofrecerles en clase. Aquí te dejamos algunas estrategias con las que puedes ayudar a los estudiantes que más retos enfrentan en cuanto a lectura, sin importar el grado que enseñes.
Sin importar el grado que enseñes o la materia que des, desarrollar habilidades de lectura no es una pérdida de tiempo. Al fortalecer su lectura de comprensión e incluso su lectura en voz alta aumentarán su vocabulario, se sentirán más seguros, seguramente estarán más atentos en clase y tendrán mayores oportunidades de aprovecharla. Así que date la oportunidad y abre el espacio en tu aula para que los estudiantes practiquen un poco.
Si vas a practicar lectura en tu clase, lo primero que debes hacer es liberar la tensión. Para muchos estudiantes esto significa exponer sus dificultades, quedar en el foco de atención o probar sus conocimientos, por lo que puede despertar estrés, algo que le es poco útil al cerebro. Así que antes de comenzar una sesión de lectura procura que tus estudiantes se sientan cómodos. Pregúntales cómo se encuentran, cómo ha ido su día, déjalos que hablen un poco y que reflexionen sobre su estado de ánimo.
Otra estrategia que funciona es emocionar al cerebro cuando se prepara para adquirir una nueva habilidad o conocimiento, por lo que es importante que le des a la actividad un poco de emoción. Crea algún juego o alguna dinámica que permita a tus alumnos involucrarse más allá de la adquisición de conocimiento de forma académica. Asigna puntos, hazlo divertido, incluso puedes crear algunos concursos sencillos de ortografía para incentivar la competencia.
Encontrar el gusto por la lectura, puede depender de encontrar el libro apropiado. Así que el material que elijas para leer es muy importante. Indaga un poco entre los gustos de tus alumnos y deja que ellos mismos propongan sus materiales de lectura preferidos, no importa tanto el nivel en un comienzo, sino que ellos se sientan cómodos y se emocionen con lo que van a leer. Además es importante que la lectura elegida sea sencilla y no que tengan que enfrentar un texto complejo.
A veces leer es una actividad solitaria, pero encontrar la pareja ideal, el equipo con el que conectas o el grupo en el que la lectura tiene sentido puede ayudar a mucho a cambiar nuestra perspectiva.
Si necesitas practicar la lectura en voz alta entre tus alumnos puedes optar por lecturas corales en las que todos participen al mismo tiempo, ya que esto eliminará la tensión de los alumnos que se sienten expuestos y les dará la oportunidad de escuchar a otros lectores.
Si es más la comprensión lectora lo que necesitas reforzar puedes tratar con actividades en equipo e incluso entre grados, los mayores se beneficiarán mucho al sentirse responsables y mentores de compañeros más pequeños, mientras los más pequeños sentirán que los guían, desarrollarán mayor vocabulario y despejarán dudas. Puedes empezar con lecturas sencillas y aumentar poco a poco el nivel de dificultad.
Otras actividades para socializar incluyen los clubes de lectura, en los que se discute un capítulo por sesión de algún libro en específico, así como trabajos en equipo, en los que hablen de lo que acaban de leer, de su significado, de lo que les ha hecho sentir, etc.
¿Crees que tus estudiantes necesitan apoyo para mejorar sus habilidades lectoras? ¿Qué estrategias usarías o has usado para ayudarlos? ¡Comparte con nosotros!