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No es un secreto que las nuevas generaciones tienen una obsesión con la tecnología, han crecido con ella y básicamente son expertos en manejar los teléfonos inteligentes. Aunque algunos hemos descubierto que sus habilidades a veces no cubren las nuevas necesidades que tenemos desde que comenzó el aprendizaje a distancia, sabemos que tienen bajo la manga una enorme capacidad para aprender al respecto y manejar con habilidad nuevos dispositivos, la clave, sin embargo, está en el interés que tengan en aprender algo.
Quizá por eso, encontrar una conjunción entre sus intereses y el contenido de la clase sea la mejor manera de mejorar la motivación de los alumnos, los videojuegos por ejemplo, llevan varias generaciones como la estrella de las conversaciones, aunque Super Mario, Street Fighter o Halo, incluso, ya han quedado atrás, hay muchos videojuegos que podemos aprovechar en el aula.
Este videojuego ha sido una revolución para muchos niños y jóvenes, pues permite a los usuarios crear universos virtuales, algunos muy complejos e interesantes, mundos y personajes distintos nacen en este espacio. En poco tiempo se convirtió en el favorito de muchos y no es difícil adivinar por qué, así que en ocasiones ha significado distracciones para los estudiantes. Quizá por eso los docentes pensaron en cómo agregar Minecraft a sus clases al grado que se creó una versión del juego especialmente hecha para educación. En esta herramienta se pueden explorar versiones digitales de monumentos y sitios históricos, como el Coliseo Romano, por ejemplo. Pero incluso en su versión normal se pueden pensar dinámicas y trabajos que se relacionen con la clase y que, a su vez, impliquen el uso de Minecraft.
Trabajar narrativa o impulsar a los alumnos a escribir o reinterpretar alguna obra literaria es sencillo en estos espacios, pues pueden crear personajes, ambientes o recrear escenas interesantes, de esta forma se obligarán a analizar los elementos de las historias para incluirlos en su mundo de Minecraft. También es posible hacer esto con otras materias, como historia, biología o geografía, en donde pueden aplicar sus conocimientos de los ambientes para replicarlos en el juego.
Este juego lleva un tiempo en el mercado, pero en los últimos meses ha tenido un auge importante, tanto chicos como adultos se han sentido detectives en este juego colectivo que permite tener sesiones con personas al azar o crear salas privadas para un grupo de personas. Lo interesante del juego es el misterio y la posibilidad de que cualquier persona, incluso nuestros amigos, sean el enemigo disfrazado, al menos en esa partida.
Aunque el juego en sí mismo no permite mucha personalización y la sencillez de su historia hace difícil relacionarlo con algún contenido, la popularidad y facilidad para jugarlo es un recurso interesante para encender la motivación. Podrías crear algunas sesiones en las que pongas a tus alumnos a jugar, sin duda tendrás una asistencia inigualable y puedes usar el juego para comenzar la conversación o generar participación, por ejemplo, al tomar el turno el estudiante debe mencionar un dato sobre el tema que estén revisando o resolver una operación sencilla. Algo muy destacable de este juego es que se trata de algo social, los participantes están en comunicación y necesitan interactuar para resolver el caso, por eso puede ser útil para evitar el aislamiento.
Este ha sido uno de los juegos más populares de los últimos cinco años, aunque ahora ha perdido un poco de popularidad, para muchos Pokémon es y será un interés continuo. Ahora mismo tus estudiantes no pueden salir a explorar el mundo con Pokémon, pero este juego es muy interesante en otros aspectos, por ejemplo, matemáticas y estadísticas. ¿Cuál es la distancia que han recorrido? ¿Cuál es el crecimiento de cierto pokémon? ¿Podrían predecir cuánto aumentarán sus números con ciertas actividades? Es posible orillar a los alumnos a repensar las matemáticas a través del juego, así como incentivar el pensamiento científico y observador a partir de la exploración, pues los jugadores son como biólogos que estudian animales basados en la naturaleza, la interacción entre los elementos, por ejemplo, la interacción de la electricidad, la tierra o el agua es muy interesante de abordar a través de la narrativa del universo Pokémon.
Esta fue otra de las grandes explosiones en popularidad, miles de jóvenes reprodujeron los bailes de juego en sus cuentas de Instagram y Tik Tok y algunos incluso se enojaron cuando los docentes tratamos de reproducirlos, pero Fortnite no es un juego de baile, es un juego de exploración, de táctica y de mucha física, sí, ciencia. Así como de probabilidad, estadística y aritmética común y corriente, el problema es que no estamos conscientes de esta ventaja. Si tienes estudiantes con mucho interés en Fortnite podrías investigar un poco al respecto de cómo funciona el juego, pues cualquier problema que plantees que comience con una narrativa ligada al videojuego atraerá la atención de tus estudiantes. Y algunos de ellos sentirán una verdadera atracción por resolverlos, por ejemplo, el aterrizaje es uno de los primeros retos para cualquier jugador, este puede calcularse como se haría en física, así que puedes no solo interesarlos, sino mostrarles que la ciencia tiene sus aplicaciones allá afuera.
Fortnite ha sido muy interesante para docentes y jugadores, si pones en el buscador de Youtube “matemáticas Fortnite” te darás cuenta de que hay muchas opciones para jugar y aprender aquí.
Estos son solo algunos ejemplos, pero cualquiera que sea el videojuego qeu tus alumnos encuentran interesante puede ser muy útil en el salón de clases, muchos tienen un contexto histórico o personajes literarios, la estrategia, las probabilidades y las matemáticas son siempre una parte importante de estos juegos, así que no los dejes fuera, especialmente durante el aprendizaje a distancia. ¿Alguna vez lo has intentado? ¡Comparte tu experiencia!