Es común hacer la distinción entre “ir a la escuela” y “tener educación”, donde éste último se refiere a tener una serie de comportamientos empáticos y responsables con nuestros entorno y los que nos rodean, como saludar al llegar a un lugar, pedir las cosas por favor y agradecer, mantener nuestros espacios limpios y ordenados, etc.
Sin embargo, en muchas ocasiones los alumnos llegan a la escuela con conductas negativas y totalmente opuestas, a veces muy notorias, y otras, más difíciles de detectar y resolver. Ya sea porque buscas corregirlas, o porque quieres enseñarles nuevos hábitos, aquí te compartimos algunas recomendaciones.
En general, los malos hábitos provienen desde el hogar, por lo que el punto de partida es hablar con los padres para esclarecer la situación. En ocasiones, ni ellos mismos son conscientes de la existencia de estos problemas, por lo que no sólo los alertarás al respecto, si no que podrán trabajar en conjunto para solucionarlo desde casa.