Como profesores al frente de un salón de clases tenemos muchas y muy variadas responsabilidades, desde la parte educativa y por la que debemos transmitir conocimiento a nuestros alumnos, hasta el desarrollo social y emocional de los estudiantes, que no podemos evitar, pues pasamos con ellos muchas horas, mientras somos testigos de su crecimiento y de el establecimiento de una sociedad al interior de la escuela, la cual ellos mismos manejan y en la que se descubren.
Por ello es inevitable que nos enfrentemos a conflictos que se dan entre los propios estudiantes y a veces incluso entre estudiantes y docentes, pues somos todos parte de un sistema social muy complejo.
Saber cómo manejar conflictos es muy importante para que se mantenga la armonía y el ambiente permita un buen desarrollo académico es esencial en el día a día.
Si vivimos dentro de una comunidad en la que podemos apreciar la presencia y participación de todos estaremos más abiertos y empáticos, dispuestos a escuchar todas las perspectivas, pues conoceremos el valor que cada persona implica para nuestra sociedad. Por ello es importante que todos los miembros participen y aporten algo, son roles que pueden variar, dar actividades para cada estudiante y hacer que formen parte de la creación de reglamentos son buenos puntos de inicio para cuando surja algún conflicto.
Aunque las peleas y las discusiones pueden poner nervioso a cualquiera es importante que no nos dejemos intimidar, pues en realidad abren la posibilidad de convertirse en momentos importantes para el aprendizaje. A través de los conflictos exponemos argumentos, escuchamos a otros, podemos cambiar de opinión y fomentar la empatía, al conocer otras perspectivas y sensaciones.
Así que simplemente cortar una pelea y dar por terminado un problema no siempre es la mejor solución, aunque siempre debemos tener presente que la seguridad de nuestros alumnos es lo más importante. En cualquier caso es importante tomarnos el tiempo de escuchar y permitir que las partes implicadas se conozcan un poco más.
Ignorar un conflicto no hará que se vaya ni tampoco es una buena solución. Es necesario e importante que si un conflicto surge en la escuela este sea visto, nombrado y solucionado. Esto no es necesariamente algo que debe hacerse público o a la vista de otros alumnos, pues es necesario preservar la privacidad de nuestros estudiantes. Pero sí quiere decir que no podemos ignorar lo que ocurre, pues normalmente tratar de ocultar algo lo hará más grande y más peligroso, al dar la sensación de que se trata de algo que no se debe nombrar.
Trabaja con las partes implicadas, hablen de lo que ha llevado al conflicto y procura crear un ambiente seguro, en donde todos puedan expresarse y ser escuchados, antepón el respeto en cualquier discusión y si es necesario busca la presencia de un tercero que sea neutral con la situación. Pues a veces las emociones hacen que nuestra perspectiva se vea sesgada.
Aunque resolver siempre un problema es necesario, también es posible que el momento ideal para llevarlo a cabo no sea cuando surge. Tener en mente cuándo debemos enfrentarlo es una decisión importante, pues muchas veces mientras se da el conflicto hay muchas emociones que flotan y que podrían cerrar las posibles soluciones. Antes de entrar en un conflicto evalúa la situación, tus propias emociones y las de los demás.
¿Cómo manejas los conflictos al interior del salón de clases?