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En momentos como este en el que hemos tenido que mantenernos en casa para estar seguros y evitar contagios de Covid, nos damos cuenta de la importancia y las increíbles ventajas que ha traído la tecnología, gracias a ella hemos podido mantener cierto ritmo de trabajo e incluso continuar con actividades que en otro momento de la historia, sin tecnología, hubiera sido imposible. La educación y el trabajo desde casa son ejemplos.
Sin embargo, el uso de tecnología, aunque tiene muchos beneficios y excelentes ventajas, también tiene otros efectos en nuestra vida diaria. Resulta adictiva, agotadora y algunos estudios apuntan a que también afecta nuestra capacidad de atención y concentración.
Simplemente se trata de que estamos conectados a muchísimos estímulos informativos y sensoriales, lo cual hace muy complejo para nuestro cerebro el mantenerse enfocado y atento en una tarea. El constante estímulo puede convertirse en algo adictivo, pues cada vez que nuestro cerebro recibe nueva información se siente recompensado, lo cual lo induce a buscar rápidamente ese nuevo estímulo, de esa forma cada vez es más complicado lograr lapsos de atención muy largos.
Así nuestra capacidad de concentración y la habilidad para mantenernos enfocados en una sola tarea se vuelve más complicada. Lo más difícil en este momento es que requerimos del uso de la tecnología con mucha frecuencia para trabajar, para conectar con nuestras familias y para el entretenimiento. Adicional a esto, estudios recientes han indicado que el uso continuo de recursos como videoconferencias resulta mucho más agotador que una clase o una junta presencial, ya que la ausencia de lenguaje no verbal y el espacio inespecífico en el que atendemos estas situaciones exigen a nuestro cerebro mayor esfuerzo.
Ya que se ha convertido en una necesidad más que un lujo o un simple distractor, no es tan fácil simplemente despegarnos de los dispositivos, por lo que necesitamos encontrar métodos de ayudar a nuestra mente y cuerpo a relajarse y descansar del agotamiento que puede provocar el hecho de trabajar a distancia de forma continua.
La primera recomendación es despegarnos tanto como podamos de los aparatos electrónicos, tomar un libro, dedicarnos unas horas al día para ejercitar, dibujar, escuchar música, bailar, cualquier cambio que nos aleje por un momento del estímulo de las pantallas y de la sobrecarga de información.
Pero ya que la necesidad del trabajo y la escuela a distancia es cada vez mayor, también necesitamos darle herramientas a nuestro cerebro para recuperar la atención y volver a concentrarse en tareas específicas de larga duración. ¿Cómo?
Recientemente, prácticas como yoga, meditación y el llamado mindfulness se han puesto de moda, como métodos que parecen muy prometedores. Y si, este tipo de herramientas podrían ser lo que necesitamos para recuperar el ritmo, evitar las distracciones, descansar y estar más tranquilos, no solo por las afectaciones que la tecnología tiene en nuestra vida diaria, en general, estas prácticas podrían ser el camino a una vida más plena.
Más allá del beneficio a nivel personal, las investigaciones indican que las personas que practican meditación ven cambios en su actividad cerebral y físicas, notorias en la corteza cerebral. Esta práctica en general es útil para mejorar nuestra atención, pues nos mantiene en el presente a través de la focalización de nuestra atención en la respiración. Comienza con una práctica sencilla y meditaciones guiadas de unos diez o quince minutos diarios, procura hacerlo todos los días para que notes los cambios.
Además de la práctica de meditación, existen también algunas técnicas que nos pueden ayudar en el día a día, tales como la Técnica Pomodoro, que consiste en trabajar por lapsos de 25 minutos, con cinco minutos de descanso entre cada periodo. Y un descanso más largo tras cuatro ciclos. Este tipo de técnicas le permiten a nuestro cerebro trabajar por metas y a la vez tomar descansos para reiniciar la actividad.
Aunque el ritmo actual de vida muchas veces nos lleva a buscar la forma de ser más eficientes y por lo tanto realizar varias actividades a la vez para optimizar el tiempo, este cambio constante del foco de atención resulta muy poco productivo. Nuestro cerebro necesita tiempo para ajustarse cuando cambiamos de tarea, así que realmente no es posible hacer dos cosas a la vez, sino ajustarnos con mayor o menor velocidad a un cambio de tarea. Por muy rápido que esto ocurra, en realidad no es muy eficiente, por el contrario, si enfocamos toda nuestra atención en una sola tarea podremos resolverla de forma más eficiente en menor tiempo. Mejor concéntrate en un solo objetivo a la vez.
Estas recomendaciones pueden ser útiles para adultos, pero también para los más jóvenes, quienes enfrentarán el reto de concentrarse en clases en línea o a distancia este ciclo escolar.
¿Has sentido que tu capacidad de concentración se haya visto afectada? ¡Comparte con nosotros tus experiencias y recomendaciones!