Ser docente implica trabajar con grupos grandes de personas muy distintas entre sí, a diario estamos en contacto con todo tipo de personalidades, con pequeños que viven realidades muy diversas y que se ven afectados por situaciones más allá de nuestro control, pero que al final dejan su huella en el salón de clases. Una de las claves para que en nuestra aula el aprendizaje ocurra de forma positiva, es la conexión que lleguemos a establecer con cada uno de nuestros estudiantes.
Es fácil hablar de ello, decir que debemos conectar con todos ellos, pero la realidad no es así de simple. ¿Cómo podemos lograr esto? ¿Y qué pasa si no lo logramos?
Aunque no sea fácil, lograr lazos con nuestros estudiantes no es solamente una actividad extraordinaria, sino una herramienta más en el salón de clases para lograr que el desarrollo académico sea el más óptimo, pues algunos estudios han demostrado que en las aulas donde los alumnos y docentes se conectan mejor también se logra un mejor rendimiento escolar.
Es difícil realmente conectar con alumnos que no conocemos de forma personal y a quienes vemos solo a través de sus tareas y exámenes, por lo que es necesario abrir en el salón de clases un espacio para escucharlos, conocerlos, hablar con ellos e interesarnos por sus necesidades, sus gustos y sus metas. Crear cuestionarios o actividades en las que podamos conocerlos mejor será de gran ayuda, jugar con ellos mientras nos revelan su personalidad e incluso abrirnos nosotros con ellos abrirá una puerta de comunicación y nos conoceremos de persona a persona.
Quizá lo más difícil de esto es cuando nos enfrentamos a alumnos desafiantes, conectar con aquellos estudiantes que incluso pueden llegar a afectarnos de forma emocional y mental no es una tarea sencilla. Pero como docentes, es importante saber que su conducta no es algo personal, sino un reflejo de la situación que viven, tan variadas y complejas que no siempre son visibles y fáciles de reconocer. Por nuestra propia seguridad, es necesario que entendamos esto y abordemos su conducta a partir de esta idea, aprender a regularnos nosotros mismos es el inicio para ayudarlos a regularse ellos mismos.
Es inevitable que como docentes y personas carguemos con actitudes culturales, personales que afectan a nuestros alumnos, de algunos podemos ser muy conscientes y de muchos otros podemos no saber que existen. Vigilar nuestras actitudes, preguntarnos constantemente por qué pensamos cómo pensamos y por qué actuamos como lo hacemos es importante para combatir esas pequeñas actitudes que podría dañar a nuestros alumnos, de forma que seamos lo más objetivos posible para ellos.
Sí, crear vínculos es importante, pero eso no significa que tenga sque sentirte mal si no logras conectar con ciertos alumnos, todos somos distintos y no siempre es fácil. Puedes intentar cada día nuevas estrategias y reconocer tus limitaciones, pero tampoco te juzgues con demasiada dureza, tú, como tus alumnos, también aprendes cada día.
¿Cómo te relacionas con tus alumnos? ¿Buscas crear vínculos con ellos?