La educación tiene el poder de cambiar al mundo y de dar esperanza a las sociedades, incluso en aquellos rincones del mundo en los que parece perdida. Esto lo han demostrado los muchos casos de jóvenes y niños que incluso en contextos muy difíciles luchan por su derecho a la educación y por el de todos los niños del mundo.
Malala Yousafzai es uno de los más conocidos por el impacto mediático que ha tenido su historia, pero como ella, existen muchas personas que enfrentan difíciles contextos sociales y que han alzado su voz.
Tal es el caso de Muzoon Almellehan, una activista siria que ha dedicado gran parte de su joven vida a una apasionada defensa por la educación.
Muzoon tenía una vida normal en Siria, iba a la escuela, vivía con sus padres y sus hermanos y disfrutaba de una vida bastante común, sin embargo, cuando el conflicto bélico estalló en su país las cosas comenzaron a cambiar, poco a poco la situación se hizo tan violenta que asistir a la escuela resultaba amenazante. Fue cuando su familia tuvo que abandonar su vida para convertirse en refugiados.
Con 14 años, Muzoom Almellehan dejó atrás todo lo que conocía y aunque estaba asustada por dejar su casa y sus amigos, para ella lo más difícil era abandonar la escuela, pues siempre ha sabido que el verdadero poder para cumplir sus sueños y hacer un cambio en un mundo tan difícil está en la educación.
Por ello, en ese momento en el que debía elegir entre sus pertenencias decidió llevarse los libros de la escuela, con los que esperaba continuar su educación fuera donde fuera.
Su familia vivió en diversos campos de refugiados durante tres años, en ellos Muzoon se dio cuenta de que muchos jóvenes y niños abandonaban la idea de estudiar, mientras que algunas familias preferían que sus hijas se casaran en busca de una vida más estable, por lo que el matrimonio infantil había aumentado considerablemente, algo que pone en riesgo de violencia y abuso a las niñas.
Preocupada por la situación comenzó una fuerte campaña para incentivar a las familias a continuar el camino de la educación, buscaba motivar a todos los niños, especialmente a las niñas, y para ello iba de tienda en tienda para explicarles por qué era tan importante continuar con la escuela.
Su apasionado activismo la llevó a convertirse en una embajadora de UNICEF en 2017, la primera con un estatus de refugiada.
Afortunadamente, en 2015 su familia fue elegida en un programa para refugiados y se estableció en Reino Unido, desde donde Muzoom continúa una fuerte campaña para buscar que todos los niños del mundo y especialmente aquellos afectados por el conflicto en Siria que viven como refugiados o que se encuentran en medio de la guerra, puedan acceder a una educación.
Actualmente Muzoon estudia Relaciones Internacionales en la universidad y desea lograr un cambio para su nación y para el mundo.
Muzoom está convencida que solo la educación puede lograr que la generación de niños y jóvenes que han tenido que abandonar su vida en Siria regrese algún día a su país de origen para reconstruir el lugar que dejaron. Sabe que la educación tiene la posibilidad de dar esperanza y empoderar a todas las personas para cumplir sus sueños, especialmente a los más vulnerables.
¿Ya conocías a Muzoom Almellehan?