Si ser maestro se tratara solo de explicar fracciones y dar fechas históricas quizá las cosas serían más fáciles, aunque también, hay que admitirlo, más aburridas. Entre las muchas otras cosas a las que se enfrentan los maestros en la escuela están a las enfermedades infectocontagiosas. Todo un un reto, porque la seguridad, tuya y de tus alumnos, es muy importante.
¿Te ha tocado que llega uno de tus alumnos a clase con ronchas y fiebre y no tienes idea de que puede ser?
En la actualidad se sabe de casos en los que los padres se niegan a vacunar a sus hijos, muchas veces por los mitos que rodean a las vacunas, por ello es muy importante que dentro de la escuela se rompan esos mitos y se impulsen las semanas de vacunación que se implementan en el año.
Las vacunas son totalmente seguras y son muy importantes para la salud de todos los niños, pues un niño sin protección es una fuente de contagio para otros.
La mayoría de estas enfermedades se transmiten por las gotitas de saliva que emitimos al hablar, toser y estornudar, por ello, para prevenir el contagio es importante enseñar a nuestros alumnos a cubrirse al estornudar o toser y pedirle a los padres que eviten mandar a sus hijos si presentan alguno de los síntomas más comunes.
A continuación te compartimos las características de algunas enfermedades, para que puedas detectarlas y saber cómo actuar.
Es una enfermedad muy contagiosa, en países como México, 9 de cada 10 personas menores de 20 años la han contraído. Generalmente le da a los niños, pero si un adulto que nunca la padeció convive con un niño con varicela las probabilidades de contagio son de casi 90 %.
En la piel aparece una erupción en forma de granitos, ampollas y costras, que dan mucha comezón. También se presenta fiebre y malestar general, en ocasiones dolor de cabeza, vómito y pérdida del apetito. En general, se trata con el fin de aliviar los síntomas, ya que suele ser benigna y se cura por sí sola al cabo de unos días.
En la piel aparece un intenso sarpullido que comienza en la cara y después se desplaza por todo el cuerpo. Va acompañado de un fuerte catarro y fiebre.
El sarampión es prevenible con la vacuna triple vírica, que también previene paperas y rubéola. Se ha comprobado que su eficacia es muy alta y que evita la enfermedad en más del 90 % de los niños desde la primera toma.
Esta enfermedad se presenta con anginas, granitos en la piel que dan comezón y fiebre. Generalmente, afecta a niños de entre dos y ocho años, en particular, en invierno y primavera.
Las paperas son una infección viral que afecta las glándulas salivales que se encuentran cerca de los oídos. Las paperas pueden provocar inflamación de una de las glándulas o ambas, son muy contagiosas alrededor de los nueve días después de que aparecieron los síntomas.
Algunas personas infectadas no presentan signos ni síntomas o son muy leves. Generalmente aparecen dos o tres semanas después de la exposición al virus y pueden ser: inflamación de las glándulas salivales que hace que las mejillas se inflamen, dolor al masticar o tragar, fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, debilidad, fatiga y pérdida de apetito.
Para tratarlas se aplican compresas frías y analgésicos de venta libre, tales como ibuprofeno y paracetamol.
Las paperas pueden ser graves, ya que pueden causar problemas graves de larga duración como inflamación en testículos para los varones, en ovarios y mamas para las mujeres, encefalitis (inflamación en el cerebro), meningitis y pérdida de audición temporal e, incluso, permanente.
La vacuna contra las paperas es la mejor manera de protegerse.
¡Es importante prevenir y estar atentos! ¿Cómo has enfrentado estas situaciones?