Conforme se acerca el cierre del primer semestre del año muchos maestros, sin importar si son de nuevo ingreso o tienen mucha experiencia, llegan a un punto de cansancio y estrés que no se siente en otra época del año.
Noviembre ya está aquí e inevitablemente las cosas en las escuelas se han asentado, los chicos ya no se limitan, pues se sienten más seguros y conocen el sistema, las tareas se acumularon, ya pasó la primera evaluación y muchos papás buscan al maestro para entender qué pasa con sus hijos, mientras tanto las promesas de cambios e ilusiones del inicio del semestre se han olvidado y muchos maestros pierden la llama de los inicios del ciclo, sin mucha esperanza, porque las vacaciones de verano están muy lejos.
¿Has sentido que estas semanas todo se dificulta más? ¡No estás solo! Es posible que muchos otros docentes tengan el mismo problema, aunque no lo expresen o no parezca importante. Aquí te decimos qué podría causar los problemas y cómo combatirlos.
Estás muy cansado
Lo más obvio e inevitable es que ya van varios meses de trabajo continuo y el cansancio es inevitable, el estrés de cumplir con todos tus deberes y además trabajar con tantas personas puede ser muy agotador y sí, es inevitable sentirse exhausto. Aunque no sea sencillo es importante que te hagas un espacio para descansar apropiadamente, deja todos los pendientes y durante un día dedícate a ti mismo.
Recuerda que descansar no es solamente no hacer nada, también podría significar un día de ejercicio físico, caminatas largas, ordenar cosas en tu casa, ponerte al día con algún amigo o leer ese libro que tenías pendiente. Se trata de darte un día para recargar baterías en la forma particular que tú necesites, despejar la mente y darle al cuerpo la oportunidad de liberar energía. Si los pendientes te ahogan esta es la mejor estrategia para enfrentarlos, no se trata de posponerlo, sino de hacer espacio para resolverlos con más soltura.
Los padres te ahogan
Este es el momento en el que muchos papás estarán encima de ti, porque las primeras evaluaciones ya salieron y algunos no están conformes o por fin se dieron cuenta de lo que tratabas de decirles. Para tratar con estos padres lo mejor es ir un paso adelante, procura escribirles o hablar con ellos antes de que te agoten, de esa forma sentirán que te adelantas a sus peticiones y probablemente estén más tranquilos. Posiblemente sea más cansado adelantar trabajo o tener que buscar a los padres, pero al final valdrá la pena, porque te sentirás menos presionado, finalmente tú habrás dado el primer paso.
Los alumnos están muy agitados
A estas alturas todos los alumnos conocen tu forma de trabajar y han aprendido cómo salirse con la suya de vez en cuando, esto tal vez provoque que durante las clases el ambiente sea más caótico y tal vez te hayas enfrentado ya a una o dos faltas graves de conducta, porque los chicos ya están confiados. Quizá sea el momento de agitar las aguas, cambiar un poco el juego para que los alumnos despierten un poco de su comodidad y tomen en cuenta la importancia de trabajar en un ambiente apropiado. Esto se trata simplemente de revisar tus reglas del salón de clases y dejarlos participar en un reglamento de salón. ¿Ya conoces el término de justicia restaurativa? Esto tal vez podría ser útil para darle una nueva perspectiva a la disciplina, se trata solamente de que los alumnos se den cuenta que todas sus acciones tienen consecuencias que afectan a otros compañeros e incluso a si mismos, así que cuando cometan alguna falta deben reparar el daño en la medida de lo posible, para que conozcan los alcances de su falta.
Estás aburrido
Aunque no lo parezca, el trabajo docente llega a ser monótono y con el tiempo, aburrido. Es inevitable que al repetir tus clases cada año y compartir una rutina con las mismas personas lleguen a aburrirse. Tanto tú, como tus alumnos, saben perfectamente qué esperar de sus clases, las tareas, pueden seguir el temario tranquilamente. Por eso es muy importante que agregues algunas emociones nuevas a la clase, organiza algún proyecto especial que te levante el ánimo, también a tus alumnos.
Este mes puede sentirse como que golpeas una pared, pero lo más importante es distinguir la razón o las razones por las que te sientes así, solamente así podrás cambiar un poco el ritmo que te tiene abrumado.