Sí, es verdad, llegan ya las vacaciones y muchos profes y alumnos tienen preparadas las maletas para ir a lugares extraordinarios, playas, bosques, aventuras sin comparación, pero a muchos nos toca quedarnos exactamente en el mismo lugar y sin mucho presupuesto para viajar. Pero no te preocupes, no es necesario tomar aviones y alojarnos en hoteles para vivir unas vacaciones extraordinarias.
Muchas veces, llevamos tantos años viviendo en el mismo lugar, que damos por hecho que conocemos perfectamente el sitio, no nos damos el tiempo de conocer esos lugares icónicos de la ciudad o del pueblo porque creemos que los conocemos mucho y hasta nos parecen chocantes los turistas que se toman fotos en los mismos puntos.
¡Nada más equivocado! Precisamente porque eres quien los ve a diario, es posible que no te hayas fijado en el valor que tienen esos puntos. Averigua por qué son tan importantes esos puntos y acércate a ellos, museos, monumentos, lugares naturales, lo importante es tener ojos nuevos para esos sitios.
Es común, sobretodo en las ciudades, que temamos acercarnos a gente nueva, estamos muy cómodos con el pequeño o gran grupo social en el que vivimos y con el que nos sentimos bien, pero esto no significa que no podamos o no debamos conocer a más personas. Sal y date la oportunidad de hablar con la gente a tu alrededor, muchas veces ser amable y dedicar unos minutos a escuchar al otro nos puede abrir una puerta a maravillosos mundos nuevos. ¡Date esa oportunidad!
Sí, esto puede no parecer divertido, pero a la larga será la mejor actividad para vacaciones. Ahora que tienes un poco de tiempo para pensar mejor las cosas, es tu oportunidad de cambiar algún hábito o crear uno nuevo, uno que te traiga mayores beneficios. Haz más ejercicio, cocina saludable, lee un libro nuevo o escribe un poco, todas esas cosas te ayudarán a probar cosas nuevas, ser más creativo y relajarte un poco, además, dos semanas son el tiempo perfecto para modelar un hábito, verás que al volver a tu rutina diaria se te hará más fácil mantenerlos.
Salir de vacaciones, más allá del viaje, es beneficioso porque nos permite hacer cosas nuevas, vemos lugares que no conocíamos, comemos cosas diferentes y hablamso con mucha gente distinta. Estos pequeños lujos que nos traen los viajes puedes aplicarlos en tu propia ciudad, date la oportunidad de probar cosas nuevas, de expandir tus horizontes. Tu cerebro sentirá que lo estimulas y te hará más feliz.
En todos estos planes puedes incluir a tu familia, que seguramente también espera pasar unas vacaciones increíbles. ¿Tú cómo piensas pasar estas vacaciones? ¡Cuéntanos!