El acoso escolar ha sido uno de los temas protagónicos cuando se habla de escuela o educación, pues nos hemos dado cuenta del gran impacto que puede tener en el aprendizaje y en la vida en general de los estudiantes. Y la verdad es que aunque se han creado diferentes estrategias y proyectos para evitarlo, prevenirlo o castigarlo, con el tiempo se ha visto poca efectividad, pues es algo que continúa ocurriendo, afectando la vida de todos a su alrededor.
Si ninguna de las estrategias que hemos visto ha resultado realmente eficaz, ¿los profes podemos hacer algo en el aula? La respuesta es si, pero debido a que es un problema multifactorial no basta con un solo tipo de plan de acción, sino de un trabajo multidisciplinario, comunitario y constante. Aquí hacemos una pequeña lista de ideas para que en tu salón de clases nadie sufra por esto.
Este es uno de los consejos que se da con mayor frecuencia para muchos de los retos que se dan en el aula y es que los lazos entre compañeros son un factor importante para la convivencia segura, el desarrollo de empatía e incluso para mejorar el rendimiento escolar. No es sencillo, pues construir una comunidad requiere de esfuerzo consciente de todos los involucrados, espacios de conversación, reflexión y construcción de un ambiente de respeto.
Esto no significa que todos los alumnos serán mejores amigos, tampoco que no deban o no puedan suscitarse desacuerdos entre ellos, sino de desarrollar un lazo entre ellos como compañeros, empatía para ver las diferencias como parte de la diversidad en su aula, la posibilidad de recibir y brindar ayuda hacia los miembros de este grupo y, especialmente, la confianza, la seguridad de que serán escuchados, comprendidos y apoyados.
Estar alerta ante la conducta de nuestros alumnos puede ser el primer paso para prevenir casos complejos. Normalmente el bullying es algo de lo que todos están enterados, no suele ser algo privado entre dos involucrados, sino que es público para los estudiantes, ya sea en espacios físicos como el patio o los salones o en plataformas virtuales, donde puede ocurrir el cyberbullying, por lo que su comportamiento de grupo, personal y emocional se verá afectado.
Si notas que alguno de tus alumnos está más callado de la habitual o ha dejado de participar como antes lo hacía, si ya no se aparece en las sesiones o si en el grupo existe algún tipo de actitud generalizada o hacen algún tipo de chiste que parece “local”, podría indiciar que algo está pasando. No ignorar las señales tempranas puede ayudarnos a evitar problemas más graves, tampoco tengas miedo de tocar el tema, es importante hacerles ver que tu clase es un espacio donde se puede hablar de temas difíciles, no para profundizar el bullying, sino donde se discute la situación, no se oculta.
Los alumnos más rebeldes suelen ir en contra de las reglas establecidas porque estas representan a las autoridades que establecen una norma por el “poder” que tienen para hacerlo, lo cual para ellos suena a algo injustificado. Rara vez los reglamentos son explicados a los alumnos en términos de las razones por las que se dan esos lineamientos y mucho más raro aún es permitirles expresar su opinión al respecto, tomar en cuenta sus pensamientos y hacer cambios basados en eso o mostrar las razones para ello. En cambio, si los involucramos en la construcción del reglamento para la clase, donde ellos mismos analicen el porqué de las reglas y cómo romperlas los afecta a ellos y a sus compañeros ayudará a que se sigan esos principios. También es necesario que las consecuencias que vienen con las infracciones sean acordadas por la clase, guidados, claro por el profesor, quien se asegurará de que lo más importante para la convivencia sana entre compañeros quede asentado. Además, este reglamento puede evolucionar y adaptarse a las necesidades que se vayan presentando. Sin duda esto puede construir una comunidad más fuerte y empática.
Aunque la palabra bullying está en el vocabulario de maestros y estudiantes el tema suele ser visto como algo unidireccional. Las campañas que tratan de evitarlo se basan en conferencias o pláticas donde los alumnos son receptores pasivos y muchas veces no se abordan sus situaciones diarias, sino escenarios ideales, además se dice que esto no será tolerado y se habla de castigos y consecuencias sin analizar la profundidad de lo que ocurre realmente.
Algunos expertos aseguran que el papel de los testigos es mucho más importante de lo que se toma en cuenta, pues todo se centra en las víctimas (que muchas veces son re victimizados) y los perpetradores (que no siempre reciben la ayuda que realmente necesitan). Sin embargo, los testigos tienen el poder de cambiar la situación, pues el bullying se basa en la sociedad. Si empoderamos a todos los estudiantes para levantar la voz cuando un compañero es humillado, el acosador perderá el radio de acción, pues su fuerza se basa en el otro, en que se le reconozca su poder sobre los otros. ¡Motiva a los estudiantes a actuar como neutralizadores! Si ellos demuestran que, por ejemplo, la ropa de un compañero no lo hace menos, el bully no tendrá armas para amenazar.
Estas ideas pueden ayudarte en el aula a distancia y en las clases presenciales. Queremos aumentar la lista, ¿cuáles son tus estrategias para detener o prevenir el bullying en tu clase? ¡Comparte con nosotros y con la comunidad!