La evaluación es una de las partes más importantes de todo el proceso educativo, aunque es una de las más desafiantes, tanto para los propios alumnos como para los docentes, que se han enfrentado a condiciones muy diversas en un sistema educativo que no siempre permite ver los verdaderos avances, sino que limita los resultados a números y exámenes.
¿Cómo mejorar los procesos de evaluación? Aunque no podemos cambiar los sistemas de calificaciones ni el impacto que estos números pueden tener en la vida académica de nuestros alumnos, sí podemos incentivar en ellos una mentalidad que no tenga un foco muy marcado en estos resultados, sino en el verdadero aprendizaje y crear estrategias para que en el salón de clases tengan la posibilidad de observar su progreso, apreciar sus buenos resultados y encontrar rutas para mejorar en los aspectos que más se les dificultan.
¿Para ti que es lo más importante en los procesos de evaluación? ¿Has encontrado nuevas estrategias para trabajar con ellos? Aquí te damos algunas ideas para que la evaluación en tu aula sea mucho más que un simple número en la boleta de los alumnos.
Seguramente has tenido más de un alumno que tiene problemas para enfrentar los exámenes, hay quienes estudian con mucho esfuerzo, pero no logran buenos resultados sin importar cuanto trabajen en ello, hay quienes tienen buena memoria para los exámenes y aunque no se esfuercen demasiado logran buenos resultados, sin embargo olvidan pronto lo aprendido y también hay quienes al sentir la presión del examen deciden abandonar cualquier intento, pues sienten que no lograrán aprobar nada. La mejor forma de evitar todos estos escenarios es crear tests o cuestionarios breves que valgan menos que un examen, pero que sean importantes para la calificación. Así los alumnos no sentirán que todo depende de un solo día, ni del esfuerzo de un momento, sino del trabajo constante. Además sabrán que un mal resultado no quebrará sus calificaciones, pero si pueden aumentar sus posibilidades de mejorar la nota conforme su esfuerzo.
El nivel de dificultad de estos cuestionarios depende totalmente de ti, pero puedes variarla para mejorar las posibilidades de los alumnos. Adicionalmente, los resultados de estos cuestionarios breves y constantes te dará mejor información sobre los verdaderos avances del grupo, podrás ver las áreas de mejora y los contenidos que se les facilitan más.
Sin duda, la mejor forma de saber si un alumno ha comprendido un contenido es pedirle que lo transmita en sus propias palabras, ya sea de forma oral o de forma escrita. Esto además es un proceso importante para que ellos encuentren los puntos que más se les dificultan ante los nuevos temas y para garantizar que el aprendizaje es profundo, pues implica un proceso de transformación del conocimiento para poder elaborar un contenido propio.
Para hacer esto podemos pedirle a los alumnos que se lo expliquen a un compañero, que escriban una carta o que hagan el ejercicio de explicarlo a sus padres, a sus hermanos, a sus abuelos o sus amigos, también puede tratarse de algo más formal, como organizar debates o conferencias en el aula o de desglosarlo de forma individual en ejercicios al momento de la clase. En estos ejercicios nosotros podemos ver cuál es realmente su nivel de comprensión y análisis de los contenidos que hemos transmitido.
Otra forma de transformar los contenidos es llevarlos a un soporte distinto, en donde no quepan las explicaciones completas del libro, sino que los obliguen a desarrollar sus propias ideas y ponerle palabras a estas explicaciones. Para ello son muy útiles los esquemas y los mapas mentales o conceptuales, que les obligan a desarrollar las cosas más allá de una oración copiada del libro, a través de la reflexión y el análisis.
En estos ejercicios no es de importancia la extensión, sino la calidad del contenido y cómo explica los contenidos que hemos visto en clase. Sin duda esta es una gran herramienta de estudio y también de evaluación.
La autoevaluación puede ayudar a los alumnos a conocerse mejor y a medir sus propios conocimientos con respecto al resto de sus compañeros. Para ello el trabajo en equipo es realmente útil, pues le permite transformar y compartir sus ideas, hablar de las dudas que ha tenido y comparar sus resultados o formas de trabajo. Para esto es importante incentivar la evaluación personal y grupal, como un trabajo consciente y no solamente por la búsqueda de una buena calificación. Evaluar en equipos sus conocimientos y el de sus compañeros nos puede dar una nueva perspectiva de las cosas, tanto a nosotros como docentes, como a ellos.
Hemos visto, a lo largo del tiempo, que un número en la boleta de calificaciones realmente no refleja ni el esfuerzo, ni el aprendizaje de los alumnos, pero nosotros podemos cambiar la percepción que tenemos de la evaluación como algo preocupante o amenazante.
¿Además de los exámenes qué estrategia de evaluación manejas? ¡Comparte con nosotros tus experiencias!