¿Alguna vez te has preguntado cuál es el origen de las letras que usamos a diario para escribir y comunicarnos? El alfabeto que usamos hoy en día es producto de una larga evolución, misma que han vivido las lenguas y el propio ser humano.
La primera noticia que existe de algo parecido a un abecedario está en Egipto, donde su sistema jeroglífico creó una escritura que se adecuaba a las necesidades gramaticales y fonéticas de su lengua, consistía en 22 signos que representaban las consonantes de esa lengua, aunque aún había una relación entre la forma y el significado muy obvia.
Al menos mil años después, los trabajadores semíticos de la zona del Sinaí utilizaron ese sistema jeroglífico para crear el primer alfabeto de Occidente, uno que aún no se ha descifrado del todo, pero que se conoce como proto-sinaítico, éste posiblemente fuera más un silabario.
A su vez, este sistema proto-sinaítico sirvió de base para lo que se conoce como alfabeto fenicio, pues fue en Fenicia en donde se desarrolló una escritura puramente fonética, es decir, cada símbolo representaba sonidos y no formas. Debido a que los fenicios se dedicaban al comercio marítimo, su escritura se exportó rápidamente a otro sitios, Grecia entre ellos, aunque el fenicio sirvió de base para alfabetos de otras partes del mundo, como el árabe, en donde evolucionó de forma muy distinta.
Los griegos tomaron el alfabeto Fenicio y lo adaptaron a su propio lenguaje, en donde las vocales eran de gran importancia, a diferencia del fenicio, en donde los casi 30 signos eran solamente consonantes. Así que aquellas letras que los griegos no conocían las usaron para representar las vocales, como alfa o epsilon.
Más tarde, los latinos tomaron ese abecedario, gracias a los etruscos y a los propios griegos. Debido a que los romanos lograron un imperio sumamente grande, las lenguas anglosajonas también lo adoptaron más tarde, quienes agregaron sus propias runas al abecedario, aunque su uso se desechó y la letra wyn acabó por representarse con dos v juntas. Poco a poco el abecedario tomó forma y quedó como hoy lo conocemos, con sus 27 letras.
En medio de este largo camino de evolución surgieron otros alfabetos y muchas lenguas que los han usado para representar sus sonidos, por lo que, aunque puede parecer extraño, nuestro alfabeto no es el único que existe ni la única evolución de aquellos primeros alfabetos. Aquí te dejamos una tabla que muestra un poco del tránsito que han tenido que pasar nuestras letras.