Prof. Samuel Vega Espinosa
Tengo 13 años de servicio, cumplidos al 16 de mayo del 2018, e imparto la asignatura de Tecnología en Agricultura a los 3 grados en la Escuela Secundaria Técnica 76, en la comunidad del Diez de Octubre en el Municipio de San Juan del Río, en el estado de Durango.
Mi vida como docente está marcada por muchos momentos importantes dentro del maravilloso mundo de la docencia, pero existe uno que ha sido parteaguas de mi vida profesional. He trabajado estos 13 años en comunidades rurales, lo cual les puede indicar que se tiene mucho rezago en infraestructura escolar y acceso a la información, llámese Internet, bibliotecas, centros educativos, etc. Los alumnos son de clase media baja a baja, esto hace que sea difícil poder realizar trabajos de investigación, e incluso dar clases.
De acuerdo a este contexto, les platico. Después de estar en dos escuelas al norte del estado de Durango en donde me desempeñé como profesor, hacía mis pininos en el método de proyectos. En la Técnica 12 de Santa María del Oro logré organizar la Rondalla, única en su tipo y en el subsistema de escuelas técnicas en el estado; les digo, varios momentos. De esta Secundaria me cambiaron de manera interina a la Técnica 25 ubicada en Villa Hidalgo, Municipio de Hidalgo, escuela con 90 alumnos en ese entonces, todos provenientes de comunidades cercanas ya que se tiene un albergue escolar a donde asisten adolescentes de muy bajos recursos económicos.
En una ocasión y como parte del tema, que era identificar un problema y proponer algunas soluciones, se detectó el problema de la basura, en específico el del unicel. Un alumno mencionó que se derretía con gasolina, yo le pregunté sobre la utilidad que se le podría dar a esta masa, entonces se identificó que los techos de muchas casas del lugar goteaban, porque son de lámina galvanizada; los muchachos aplicaron este producto, pero vieron que no era suficiente, sugerí mezclarlo con Resistol blanco, nos fue muy bien, entonces se empezó a aplicar el método de proyecto basado en el libro “El tecnoscopio”.
Realizamos pruebas de laboratorio, de campo, le dimos forma y lo expusimos a la comunidad escolar, a los padres de familia y a escuelas aledañas. Por ese entonces nos llegó una convocatoria de COCyTED-CONACyT para participar en el 1er. Concurso de Jóvenes Creativos, y, como era de esperarse, nos registramos. El grupo y su servidor escogimos a sus participantes, tres alumnos muy despiertos, sin vergüenza al exponer, de promedio académico no muy alto, entre siete y ocho, ¡ah!, pero sí muy valientes.
Fuimos a Durango a participar, vimos muchos proyectos muy buenos; el director nos dijo: “Vámonos, no tiene caso”, señaló que eran 5 horas de viaje. Yo sentía que podíamos ganar, porque estaba muy bien presentado el proyecto, con bases técnico-científicas muy fuertes y con una exposición soberbia por parte de los 3 alumnos ante el jurado. Le hice caso y a las 3 de la tarde salimos rumbo al rancho, primero nosotros, pues el director se quedó en la ciudad a comprar cosas para el albergue. Llevábamos como 3 horas de viaje cuando detrás de nosotros se acercó la camioneta del director, prendiendo luces y tocando el claxon; nos detuvimos y él muy emocionado nos dijo: “¡Ganamos, 1er lugar estatal, ganamos!”. La verdad, en sus casi 30 años como director nunca se había tenido un logro de ese nivel, participamos contra muchos proyectos de nivel secundaria del estado, técnicas, generales, particulares y telesecundarias.
Pasaron algunos meses luego de haber ganado cuando un día nos hablaron para invitarnos a concursar a Expociencias Nacional 2012 en el World Trade Center de la Ciudad de México, el director recibió esa llamada y nos dijo: “¿Quieren ir? Yo sabré como le hago para conseguir los recursos”, le contesté que sí, pero que no esperara que ganáramos porque ese era un concurso de gran envergadura y nosotros sólo éramos una escuela muy humilde. Consiguió dinero apenas para pagar lo más elemental.
Salieron a Expociencias Nacional dos camiones provenientes de Durango con alumnos del Colegio Anglo Americano, el Tecnológico de Durango y varios más, nosotros fuimos los únicos de escuela pública de nivel básico; nos mandaron al fondo del camión, a un lado de los baños, donde olía muy mal, pero ¿qué se podía esperar si nos estaban haciendo el favor de llevarnos con la mitad del costo del viaje?
Llegamos a México y ya en el WTC vimos algo inmenso, más de 500 proyectos de todos los niveles educativos, desde preescolar hasta universidad, muchos proyectos tan costosos que sólo con verlos imponían. Nos tocó en medio de la Universidad de Sinaloa y de la UVM (¡Imagínense!), nos miraban como Dios a los ratones. Para no hacerla larga, ¡Ganamos el 1er. lugar! de nuestra categoría y área con una acreditación para participar en la Expociencias Latinoamericana ESI-AMLAT 2012, en Asunción Paraguay. No podíamos creerlo. Cabe señalar que del camión sólo nosotros logramos ganar, los demás no; al subir al transporte querían que nos sentáramos en un lugar adelante para escuchar nuestro proyecto y nuestra forma de trabajar, deseaban ver la medalla y saber cosas, pero en una de esas algunos nos comenzaron a ver con enojo, a lo que les dije a mis alumnos: “Vámonos a donde estábamos, allá atrás”.
Llegamos a Durango y sólo el Director nos esperaba en el estacionamiento de un centro comercial, regresamos y el pueblo entero nos felicitó. Para ir a Paraguay es otra historia muy padre de sacrificios: boteo en camiones y la búsqueda del Señor Director Candelario Arnero para juntar el recurso con el gobierno estatal.
Simbólicamente el Gobierno del Estado nos dio un mega cheque donde nos pagaba los boletos de avión, la inscripción y alojamiento allá en Paraguay, y que ahora a 6 años aún está como prueba de que se puede soñar y volar, que sólo la flojera y el no creer en nosotros mismos se convierten en nuestros enemigos. Mis alumnos: Isequiel, Christian y Uriel, gigantes frente a Doctores, investigadores de la UNAM y el IPN, hicieron historia.
Yo continué con el método de proyectos en mi actual escuela y he ganado Expociencias 4 veces más, he llevado a alumnos humildes a CIENTEC, a Lima Perú, a Santa Rosa la Pampa en Argentina y el año pasado, al Mundial de Ciencia y Tecnología ESI- 2017 en Fortaleza Brasil, he empujado a alumnos con muchas necesidades a concursos estatales y han ganado laptops, ipads, todo para ellos, yo sólo me llevo la satisfacción y una sonrisa de su parte y de sus padres. He demostrado que los alumnos de orígenes humildes son maravillosos, que más que conocimiento, corazón y hambre de ser alguien es lo que les sobra.