Se acercan las vacaciones de verano, un momento de recreación, descanso y diversión para nuestros alumnos (y quizá para nosotros mismos), pero una cuestión que siembra la duda entre maestros y papás es si los pequeños deberían dedicar tiempo de sus vacaciones para estudiar o repasar algunos de los temas aprendidos.
Esos días sin horarios ajustados podrían significar una oportunidad para recuperarse en las materias que más se dificultan o para pulir habilidades en las materias que se facilitan, pero también resulta un poco tedioso y fastidioso para los niños tener que volver a los libros cuando la idea de las vacaciones es disfrutar libremente. Algo en lo que tienen razón, pero mucho tiempo sin acercarse a sus cuadernos y libros normalmente significa olvidos y pérdida de ritmo.
El estrés de aprender
Una de las razones por la que los niños no quieren estudiar es porque la situación de repaso y estudio los pone tensos, sienten la presión de contestar correctamente y la obligación de saber lo que se les pregunta. En vacaciones quieren deshacerse de esa preocupación y ponerlos a estudiar los hará sentirse así, pero si logras que repasen sus nuevos conocimientos en situaciones menos estresantes tendrán la oportunidad de recordar, relacionarlo con su vida diaria y divertirse un poco. Por ejemplo, si el niño comienza a leer, pedirle que lea las recetas cuando ayuda en la cocina o ir con él al mercado y preguntarle casualmente por multiplicaciones, sumas y restas, son situaciones que representan menos presión. La idea no es hacerlo sentir evaluado, sino incentivar el uso de sus nuevos conocimientos.
¿Tarea de vacaciones?
En verano es menos frecuente, pero en las vacaciones más cortas algunos profesores dejan tarea a sus alumnos, para que repasen y continúen con la práctica, pero la verdad es que, tanto los padres como los niños, suelen dejarlo hasta el final, como una obligación aplazada que no los deja disfrutar del todo las vacaciones. Si decides poner algunas tareas considera cuándo resolverán esos ejercicios y qué tan útiles serán a futuro, ponte creativo y déjales tareas que disfruten.
Horarios y días de descanso
En algunos casos es inevitable, si el alumno tiene dificultades en alguna materia o por alguna razón se queda atrás con respecto a sus compañeros, es mejor que aproveche las vacaciones para recuperarse, pero esto no significa que él no pueda tener vacaciones. En esos momentos lo mejor es que padres y niños lleguen a un acuerdo en los horarios que dedicará a estudiar o hacer ejercicios, así como los que tendrá libres para descansar y hacer otras actividades, porque es igual de importante. Es recomendable que sean las mañanas las que dedique a esto, de esa forma sentirá que le queda todo un día libre para hacer lo que le plazca.
Encontrar técnicas de estudio
Si nuestro alumno ya tiene algunas dificultades con ciertos temas, hacer el estudio tedioso, obligatorio y cerrado será un problema, por eso es importante incentivar el uso de técnicas de estudio que se adapten a sus necesidades. Sin la rigidez de la escuela, los pequeños podrían tratar nuevas formas de estudiar, desde hacerlo de pie o mientras caminan hasta hacer dibujos en un pequeño pizarrón, esto les ayudará a conocerse mejor y adquirir habilidades de estudio y concentración.
Posiblemente cuando llegue el momento de vacacionar algunos padres lleguen a preguntarte cuánto y cómo debe estudiar su hijo durante el descanso, un tema que suele discutirse mucho, pero con algunas estrategias los pequeños podrían mejorar mucho. ¿Te ha tocado que un papá te pregunte esto? ¡Cuéntanos tu opinión y cómo manejas esto!