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Quizá el momento del día más esperado por los alumnos en todas las escuelas es el recreo, esa pausa que les permite jugar, socializar y tomar un descanso, además suele ser la hora del almuerzo, por lo que minutos antes podemos sentir a los estudiantes inquietos, pero al volver al salón regresan igualmente activos y desconcentrados. Como docentes conocemos el valor que los alumnos dan a su receso y quizá por eso es que este tiempo suele verse como oportunidad para regularizar estudiantes o incluso como una buena herramienta de penalización.
A pesar de que esto es algo muy común, estudios han revelado poco a poco la importancia de este receso, no sólo como parte del almuerzo o como un privilegio para los estudiantes, sino como una parte esencial para el desarrollo de los alumnos y para su aprendizaje.