Como maestros, sabemos lo terrible que puede llegar a ser este pequeño aparatito en el salón de clase con los alumnos, ya que suele arrebatarles toda la concentración con sus constantes notificaciones. Y, seamos sinceros: a nosotros también nos pasa lo mismo, en ocasiones, nos quita mucho del tiempo que teníamos destinado a otras tareas.
Por eso, te damos estos consejos para que tu relación con esa pantallita latosa sea la más sana posible, tanto al interior del aula como fuera de esta.
Define horarios
Si eres de los que te despiertas y te duermes con el teléfono en la mano, lamentamos decirte que esto afecta tu salud. ¿Sabías que la luz azul de la pantalla puede alterar tus ciclos de sueño y tener un impacto perjudicial sobre tu vista? Para evitar la fatiga y la sobre exposición al celular, establece un horario prudente para consultarlo. Aunque al principio parezca difícil, sólo es cosa de disciplina. Verás que con el tiempo todo fluirá mejor.
Desactiva las notificaciones
Con la llegada de las redes sociales, el consumo de información instantánea ha disminuido nuestra capacidad de poner atención al presente: estamos distraídos todo el tiempo con las campanitas del teléfono. Y sí, incluso en clase se nos van los ojos cuando el teléfono nos vibra o avienta alguna luz, lo cual nos distrae de nuestros alumnos y nuestra labor. Lo único que podemos decirte es: ¡Desactiva esas notificaciones latosas! No pasa nada si te pierdes la última foto viral, ¿o sí?
Aprende a dejar tu cargador en casa
¿Eres de los que hace un drama cuando se le acaba la pila o tiene la batería baja? ¿Pides con insistencia un cargador siempre que lo olvidas en casa? Lamentamos decirte que tienes una adicción a tu teléfono. No pasa nada si tienes el 40% de pila o si, por leer los artículos de Sala de Maestros, se te acaba la energía del teléfono. Cárgalo una o dos veces al día de manera completa y aprende a no depender de ese cable que te esclaviza.
Déjalo fuera de la mesa (y de la clase)
Si hay algo verdaderamente molesto en una plática, es aquella persona que, en vez de escucharte, tiene toda su atención en los mensajitos del whatsapp o en los memes de su tía Chuchita. ¿Qué puede ser más importante que prestarle atención a quien tienes delante durante una plática? Deja el teléfono fuera de la mesa, de las juntas y, claro que sí, mientras atiendes a tus alumnos. Si ellos notan que estás pendiente del teléfono todo el tiempo, harán lo mismo y no prestarán atención.
Haz dieta de información
Para un maestro es importante mantenerse actualizado en los temas educativos y sociales. Vivir ajeno a los acontecimientos del mundo puede resultar en un aislamiento o en la antipatía hacia la realidad. Sin embargo, puede pasar todo lo contrario: sumergirse en un mar de información sin pies ni cabeza, con datos que muchas veces son falsos o erróneos. Por eso, aprende a seleccionar la información que consumes en internet. Podemos pasarnos horas mirando videos de perritos, pero en ocasiones, evades alguna tarea o una importante labor con ese incesante scrolleo en la pantalla.
¿Crees que pasas demasiado tiempo en el celular? ¡Déjalo un rato, no pasa nada! Puede que hasta re descubras el mundo a tu alrededor.