El aumento de recursos tecnológicos y las diversas visiones sobre educación han dado como resultado nuevas metodologías que buscan maximizar el aprendizaje de los alumnos, prepararlos para el mundo al que se enfrentarán y adaptarse a la realidad que vivimos actualmente, una que ha cambiado mucho en muy poco tiempo.
El flipped classroom o aula invertida busca crear un aprendizaje mixto, que involucre a los alumnos con el proceso de enseñanza y los prepare mejor para el futuro.
Poco tiempo en el aula
Por todos los maestros es bien sabido que el tiempo que se tiene en las aulas es realmente insuficiente para todo lo que se supone que nuestros alumnos deben aprender y por eso se propone este método. La idea es que los alumnos estudien en casa con recursos preparados por el maestro, resuelvan cuestionarios o cumplan algunas tareas para que, al llegar el salón, las clases puedan centrarse en la profundización de esos conocimientos, así el profe, dentro del aula, podrá concentrarse en maximizar los conocimientos adquiridos y concentrarse en una atención un poco más individual, pues liberará el tiempo de clases.
Cada quien su ritmo
El uso de recursos como vídeos, presentaciones o podcast que los alumnos pueden consultar en casa, permite que ellos vayan a su propio ritmo: una vez que algunos conceptos hayan quedado claros pueden saltarse esas partes y concentrarse en donde tienen más dificultades, pues pueden regresar a ellos cuantas veces sea necesario. Gracias a la tecnología y las muchas aplicaciones existentes, estos materiales pueden permanecer en línea y estar disponibles para cuando el alumno necesite revisarlos. El maestro por su parte, puede verificar el progreso gracias a estos programas.
Dueños de su propio aprendizaje
Una de las partes más positivas de esta metodología es que los alumnos se convierten en los actores principales de su aprendizaje, pues son ellos quienes tienen el control sobre cómo aprenden y el ritmo que tienen, además permite que el tiempo que invierten en la escuela sea provechoso en otros sentidos, pues cambia por completo el paradigma de los alumnos que son solo agentes pasivos que reciben el conocimiento.
¿Algunas desventajas?
Aunque la idea del flipped classroom es muy útil y atractiva en muchos sentidos, tiene algunas desventajas, entre las que destaca la brecha digital, muchos niños no tienen a su disposición recursos digitales para mantener este ritmo de trabajo. Además implica un trabajo más demandante para los maestros, que deben preparar material para fuera y dentro de la clase. Por otro lado, sobrecargar a los niños de deberes puede no ser tan beneficioso para ellos, pues también requieren tiempo para otras actividades.
¿Cómo lo aplico?
Aunque una clase que solo se concentre en el aula invertida puede no ser tan factible, se puede utilizar esta metodología cuando hay algún objetivo planteado, como algún proyecto específico que los alumnos deban desarrollar. Así el aula invertida funcionará solo para esos ejercicios y no demandará todo el tiempo de nuestros alumnos ni de nosotros como maestros, simplemente se trata de planearlo con tiempo. También puede buscarse la forma de paliar la brecha digital si nuestros alumnos no cuentan con recursos tecnológicos, al darles recursos que puedan visitar sin la necesidad de equipos específicos. Se trata de poner creatividad y aprovechar de la mejor manera estas metodologías.
¿Alguna vez has utilizado esta metodología con algún objetivo específico? ¡Cuéntanos más de ello y dinos si te ha funcionado!