Para muchos alumnos mantenerse optimistas respecto a su propio aprendizaje no es tan fácil como podríamos pensar. Conforme avanzan en su educación los retos a los que se enfrentan y las dificultades que encuentran comúnmente modelan un pensamiento que los detiene, por ello mantener en el aula un ambiente positivo y en el que se vean oportunidades más que fracasos ayudará a nuestros alumnos a ver de forma distinta sus dificultades.
Es común que los alumnos expresen con frecuencia que no son buenos para las matemáticas o que leer no es lo suyo, esto se debe a la constante repetición por parte de otras personas, de ellos mismos o por la frustración que han enfrentado al aprender ciertos temas. Pero este tipo de aseveraciones acaban por hacer más grande la brecha, porque los alumnos comienzan a sentirse negados para el aprendizaje.
Nuestro paso por la escuela y la experiencia que adquirimos al respecto de las materias o de ciertas habilidades suelen llevarnos a creer que la inteligencia, las habilidades o ciertas capacidades son determinadas, que nacemos con ellas y que es difícil, sino imposible, adquirirlas. Sin embargo hay otra forma de ver las cosas, se trata de ver la inteligencia o los talentos como algo a desarrollar a través del aprendizaje y de la práctica constante. Esa visión es muy útil para superar los retos y para mejorar incluso en aquellas materias que se nos dificultan.
Si nuestros alumnos ven sus dificultades como oportunidades para adquirir nuevo conocimiento y desarrollar nuevas habilidades más que como limitantes será más fácil y más interesante para ellos tratar con esas materias que no les son tan fáciles, además de que tendrán menos obstáculos para hacerlo.
Por ello desarrollar en ellos una mentalidad de crecimiento y positiva en nuestro salón de clases será muy útil.
Con pequeños cambios podemos hacer que nuestros alumnos se sientan más cómodos con los retos que enfrentan.
Celebra el esfuerzo, no solamente los buenos resultados
Ayúdales a celebrar su propio esfuerzo, más allá de obtener calificaciones extraordinarias, enséñales a valorar cada triunfo y cada paso, por pequeño que este sea. Esto no significa que las expectativas sean bajas para los resultados que puedan obtener o que deban conformarse con poco, pero estar orgullosos de si mismos a cada paso es esencial para que continúen con el proceso de aprendizaje.
Celebra los fracasos
De los errores aprendemos todos y si nuestros alumnos ven las equivocaciones como absolutas o no deseables se sentirán desmotivados cada vez que ocurra o querrán evitarlos a toda costa, lo que creará oportunidades para hacer trampa o los estresará demasiado. Los errores y los fracasos son parte del proceso de aprendizaje, crea proyectos y momentos en los que reflexionen sobre sus equivocaciones como experiencias de las que pueden aprender.
¿Crees que tus alumnos saben que pueden desarrollar habilidades? ¡Cuéntanos tus experiencias!